COVID-19 y Tabaquismo, Dos Pandemias Frente a Frente

Unidad de Apoyo para el Aprendizaje

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Introducción


El tabaquismo es llamado por algunos epidemiólogos como la pandemia del siglo XXI, dada su magnitud e impacto en la salud pública a nivel mundial; es considerado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la principal causa de mortalidad prevenible y causante de ocho millones de muertes anuales; sin embargo, cuando en 2019 surgió la COVID-19, ésta acaparó la atención de toda la humanidad, que tuvo que enfrentar una pandemia ocasionada por un virus de transmisión básicamente respiratoria.

Imagen de una mujer fumando.

¿Sabías que las personas fumadoras son susceptibles a contagiarse de COVID-19?

Así es; poco a poco, las evidencias clínicas y epidemiológicas fueron reforzando la relación entre consumo de tabaco y una mayor susceptibilidad de contagio y de gravedad de la presentación de la enfermedad, lo que puso dos pandemias frente a frente. La población de personas fumadoras pasó a representar una población en riesgo elevado ante el virus de SARS-CoV-2, comparativamente con las personas no fumadoras.

Personas fumadoras

En esta unidad de apoyo para el aprendizaje (UAPA), se analizará la relación entre tabaquismo y COVID-19 para que sea más sencillo comprender los mecanismos patológicos involucrados en ambas enfermedades y cómo es que, cuando coinciden en una persona, tienen un efecto sinérgico en la salud.


Identificar la relación existente entre el tabaquismo y la COVID-19, con la finalidad de reconocer la importancia que tiene la implementación de los programas de atención y cesación del tabaquismo en el sector salud como una medida de reducción del riesgo para enfermedades infecciosas respiratorias.

 

El tabaquismo como pandemia

El tabaquismo es una de las principales enfermedades prevenibles que generan millones de muertes al año; sin embargo, a pesar de que se tienen múltiples evidencias clínicas y epidemiológicas de su impacto en la morbimortalidad a nivel mundial, ha sido muy difícil convencer a la población de los efectos perjudiciales que genera el tabaco; en gran parte, esto se debe a su historia y desarrollo como un producto comercial y de disfrute personal.

Ilustración que muestra personas empujando cigarrillos.

The Tobacco Atlas. (2021). La epidemia de tabaco continúa [ilustración]. Tomada de https://tobaccoatlas.org/

Actualmente, alrededor de 1300 millones de personas consumen diferentes productos de tabaco en el mundo, y los cigarrillos son el producto más utilizado; además, de los ocho millones de consumidores de tabaco que mueren de las múltiples enfermedades que éste ocasiona, mueren 1.2 millones de personas que nunca han encendido un cigarro, pero que se exponen de manera involuntaria al humo de tabaco y ahora también a las emisiones de los cigarrillos electrónicos y vapeadores.

Un aspecto que es importante enfatizar es que alrededor de 65 mil niños menores de cinco años que son fumadores involuntarios fallecen cada año, como consecuencia de infecciones respiratorias.

En México, se calcula que cada día fallecen cerca de 173 personas como consecuencia de enfermedades cardio y cerebrovasculares, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y cáncer de tráquea, bronquios y pulmón, ocasionadas por el consumo de tabaco.

De acuerdo con la última Encuesta Nacional de Nutrición (2021), el número de fumadores en nuestro país asciende a más de 16 mil millones, con una prevalencia de 19.1 % entre la población de 12 a 65 años. El sector salud gasta aproximadamente $116 mil millones de pesos en la atención de los consumidores de tabaco que desarrollan enfermedades, la mayoría de ellas crónicas.

Si deseas conocer más acerca del tabaquismo, te invitamos a revisar The Tobacco Atlas en el que podrás apreciar su prevalencia a nivel mundial.

Por la información antes mencionada, es fácil darse cuenta de que el tabaquismo, por su magnitud e impacto, constituye realmente una pandemia, aunque no se trata de una enfermedad infecciosa. Uno de los múltiples factores que contribuyó a que el consumo de tabaco se extendiera por todo el mundo fue su producción masiva, al inventarse la máquina productora de cigarros. A continuación, te mostramos un breve recorrido histórico en torno a la difusión global de los productos de tabaco:

Recorrido histórico del tabaco

El fenómeno de consumo de cigarrillos en la población empezó a tener modificaciones con los sucesos antes mencionados. Aquellos países con un índice de desarrollo humano (IDH) muy alto tuvieron un aumento en la prevalencia de consumidores antes de la primera mitad del siglo XX y, posteriormente, se observó una disminución significativa en el tabaquismo masculino después de la década de 1950, muy probablemente secundaria a las publicaciones sobre el daño a la salud que generaba el tabaco en esa época (The Tobacco Atlas, 2021).

La prevalencia del tabaquismo en la mayoría de los países con un índice de desarrollo alto-medio también presentó un aumento sustancial en el siglo XX; actualmente, en el siglo XXI, se ha visto una tendencia decreciente de forma moderada. La OMS ha registrado una disminución del consumo per cápita en todo el mundo; sin embargo, la cantidad de usuarios que fuman ha aumentado de forma significativa de tres a cuatro veces la cifra, lo que conlleva a un mayor consumo en general (The Tobacco Atlas, 2021), tal como se observa en la siguiente gráfica:

Ilustración que muestra el número de fumadores de 1990-2019.

The Tobacco Atlas. (2022). Cambio porcentual en el consumo per cápita y número de fumadores de 1990-2019, por región, de acuerdo con la OMS [gráfica]. Tomada de https://tobaccoatlas.org/challenges/prevalence/

En la gráfica, se puede observar que el consumo per cápita ha disminuido en todas las regiones, pero que el número de fumadores ha aumentado significativamente en cuatro de las seis regiones (The Tobacco Atlas, 2021).

Históricamente, la prevalencia del tabaquismo ha sido modesta en la mayoría de los países con un IDH bajo; sin embargo, en las últimas décadas, las compañías tabacaleras están introduciendo estrategias de marketing agresivas en estos países y la regulación de productos de tabaco no es tan estricta, por lo que se esperan aumentos importantes en la prevalencia del consumo de cigarrillos en estos países (The Tobacco Atlas, 2021).

En el siguiente esquema, se presenta, a grandes rasgos, el desarrollo de la epidemia de consumo de cigarrillos en los países desarrollados. Es importante mencionar que las etapas de este modelo varían de acuerdo con el género, nivel socioeconómico y educativo de cada población (López et ál., 1994):

Figura que muestra las cuatro fases de desarrollo de la epidemia de consumo de cigarros en países desarrollados.

Modelo de cómo se desarrolla la epidemia del consumo de cigarrillos

En las siguientes gráficas, se muestra el porcentaje de fumadores clasificados de acuerdo con el IDH entre la población femenina y masculina. Es posible realizar un ejercicio de reflexión al comparar las fases del desarrollo del tabaquismo en la sociedad con la gráfica para tener una idea de en qué contexto se encuentran en estos momentos cada segmento poblacional. En esta figura, se muestra que tres cuartas partes de los fumadores diarios masculinos actuales viven en países con un IDH medio-alto; por otra parte, más de la mitad de las fumadoras diarias vive en países con un desarrollo muy alto, como se puede ver en las siguientes gráficas(The Tobacco Atlas, 2022).

Como puedes ver, el tabaquismo es una pandemia que ha prevalecido durante años a nivel mundial, afectando la salud de millones de personas. Actualmente, ante las predicciones de emergencias sanitarias como la COVID-19 a futuro, es importante considerar la implicación que tiene el tabaquismo en este contexto. Te invitamos ahora a conocer la estrecha relación que guardan ambas pandemias.

Asociación de la COVID-19 y el tabaquismo a través de la morbimortalidad


La pandemia de la COVID-19 fue un evento inesperado que como sociedad no nos encontrábamos preparados para afrontar. Los datos epidemiológicos recabados durante la pandemia confirman esta aseveración. A pesar de los esfuerzos por tener un registro médico completo de la población que se infectó con el virus de SARS-CoV-2, se presentaron muchos subregistros de varias comorbilidades en diversos países, en este caso en específico, sobre el consumo de tabaco.

Fotografía que muestra un estetoscopio con unas colillas de cigarro.

Freepik. (s. a.). Dejar de fumar [fotografía]. Tomada de https://www.freepik.es/foto-gratis/vista-superior-cuaderno-cigarros-fonendoscopio_4445557.htm#query=registro%20fumadores&position=41&from_view=search&track=ais

Lo que ocurrió en muchos países, como el nuestro, es que las bases de datos se llenaron con datos relacionados con el tabaquismo, pero no eran suficientemente precisos como para realizar análisis inferenciales; por ejemplo, únicamente, se preguntaba si la persona fumaba o no como una variable dicotómica: sí o no.

Esto provocó que existieran sesgos importantes durante la interpretación de los datos obtenidos, ya que no sólo es necesario clasificar a la población de esta manera; lo deseable hubiera sido tener un registro del tipo y frecuencia de consumo de los pacientes, si eran usuarios ocasionales, si eran consumidores diarios, así como el número de cigarrillos que consumían al día y el de años que han fumado, edad de inicio, etc. Esto es importante porque estos datos nos reflejan el grado de dependencia tanto física como psicológica al tabaco y nos dan una idea del daño a nivel pulmonar que los pacientes pueden presentar, secundario al tabaquismo.

Igualmente, otro rubro relevante es el de los exfumadores, ya que muchos estudios no los tomaron en cuenta y aquellos que sí lo hicieron no relacionaron la presencia de comorbilidades secundarias al consumo de tabaco.

Ilustración que muestra a una persona confundida.

¿Sabías que, en un inicio, se creía que el fumar era un factor protector?

Así es; se debe a que se ha presentado una gran controversia entre los resultados arrojados sobre el consumo de tabaco y la COVID-19, con la falacia de que esta sindemia no era relevante y que, al contrario, fumar no se asociaba con cuadros de COVID-19 más graves, sino que podría ser un factor protector. Nada más alejado de la realidad.

Freepik. (s. f.). Confundido [ilustración]. Tomada de https://www.freepik.es/vector-gratis/ilustracion-encogimiento-hombros-diseno-plano_24195996.htm#page=2&query=duda&position=3&from_view=search&track=sph

De acuerdo con varios estudios y metaanálisis, se ha encontrado en China que los pacientes que fumaban tabaco presentaban 14 veces más probabilidad de presentar progresión a cuadros más graves de COVID-19 (Díaz et ál., 2021). También se realizó una revisión sistemática de estudios, cuatro en Wuhan y uno en la provincia de China continental, de pacientes con COVID-19 utilizando métodos retrospectivos y prospectivos y se encontró que los pacientes que fumaban y se contagiaron de COVID-19 tuvieron 1.4 veces más de probabilidad de tener síntomas graves, además de tener 2.4 veces más de probabilidad de ingresar a la unidad de cuidados intensivos y necesitar ventilación mecánica, en comparación con pacientes no fumadores (Vardavas y Nikitara, 2020).

Diferentes estudios también encontraron que pacientes hospitalizados con COVID-19 y que eran fumadores tenían un mayor riesgo de presentar síntomas graves (Alqahtani et ál., 2021; Hopkinson et ál., 2020; Karanasos et ál., 2020; Patanavanich y Glantz, 2020; Poudel et ál., 2022). Otros más han asociado el tabaquismo con una mayor carga general de síntomas de COVID-19 (Díaz et ál., 2021; Gülsen et ál., 2020; Hopkinson et ál., 2020).

Respecto a pacientes exfumadores, se encontró que también presentaban cuadros graves de COVID-19, lo cual se debe principalmente a las comorbilidades que se observan en este tipo de población y que se relacionan directamente con el tabaquismo, como enfermedades cardiovasculares y pulmonares, las cuales también contribuyen a agravar los cuadros de la COVID-19 (Matsushita et ál., 2022). En México, los resultados son similares a los expuestos anteriormente, vayamos a revisarlos:

Ya se ha visto que el porcentaje de casos de COVID-19 con riesgo de hospitalización, ventilación mecánica y muerte es mayor entre la población fumadora que la no fumadora, como se muestra en la gráfica:

Gráfica que muestra el porcentaje de personas fumadoras que tiene riesgo de hospitalización y muerte por COVID-19, en comparación con personas no fumadoras.

The Tobacco Atlas. (2022). Porcentaje del riesgo de hospitalización, uso de ventilador y muerte entre casos positivos de COVID-19 de fumadores vs. no fumadores en México, para mayores de 18 años y adultos mayores de 60 años, entre 2020-2021 [gráfica]. Tomada de https://tobaccoatlas.org/challenges/covid-19/

De acuerdo con los datos recabados en el Boletín sobre COVID-19, se ha visto que crece la letalidad conforme aumenta la edad, más predominantemente en el sexo masculino (Muñoz-Torres y Moreno-Altamirano, 2020), como se observa a continuación:

Gráfica que muestra el porcentaje de letalidad de la COVID-19 en hombres y mujeres.

Muñoz-Torres, A. V. y Moreno-Altamirano, A. (2020). Letalidad por COVID19 según grupo de edad y sexo al 31 de octubre de 2020 [gráfica]. Tomada de https://dsp.facmed.unam.mx/wp-content/uploads/2022/03/COVID-19-No.11-06-Letalidad-por-COVID-19-en-Mexico.pdf

Aparte del tabaquismo, existe la presencia de otras comorbilidades, las cuales aumentan el riesgo de fallecer en aquellas personas que contraen la COVID-19. En el contexto de México, se tienen graves problemas de salud pública asociados a las enfermedades de tipo crónicas no transmitibles; las más predominantes en la población son hipertensión arterial, diabetes y obesidad.

Entre las cifras más altas de letalidad de pacientes que adquirieron COVID-19, encontramos a los pacientes con enfermedad renal crónica, en los cuales se triplica la letalidad, seguidos de quienes padecen EPOC, enfermedad cardiovascular y diabetes, cuya tasa de letalidad en los hombres también es predominante. En el caso del tabaquismo, se observa una letalidad de 16.2 % en hombres y 8.1 % en mujeres (Muñoz-Torres et ál., 2020), como se puede ver en la siguiente gráfica:

Muñoz-Torres, A. V., Bravo-García, E. y Magis-Rodríguez, C. (2020). Letalidad por COVID-19 por sexo, según presencia de comorbilidades, en México [gráfica]. Tomada de https://dsp.facmed.unam.mx/wp-content/uploads/2022/03/COVID-19-No.6-05-Letalidad-por-COVID-19-segun-sexo-en-Mexico.pdf

Gracias al advenimiento de las vacunas contra el SARS-CoV-2, el número de muertos por la COVID-19 ha ido disminuyendo paulatinamente; no obstante, es necesario tener presente este antecedente para reconocer la importancia de la prevención de enfermedades crónicas no transmisibles, como es el caso del tabaquismo, para reducir el riesgo tanto de contagio como de la presentación del padecimiento en sus formas más graves. 



Cesación del consumo del tabaco en respuesta a la COVID-19

Como ya se revisó anteriormente, la COVID-19 es una enfermedad que se transmite por vía aérea y afecta principalmente la vía respiratoria, con mayor susceptibilidad en los pacientes fumadores tanto de contraer la enfermedad como de presentar un cuadro grave. Al ser una enfermedad nueva, mantuvo en alerta a la población, que recibió informes diarios o de forma semanal en los principales medios de comunicación masiva aproximadamente durante un año y medio, lo que influyó en el comportamiento de las personas fumadoras.

Otra circunstancia nueva a la que no nos encontrábamos acostumbrados fue el aislamiento social, el cual fue una de las principales medidas que adoptaron la mayoría de los países en el mundo para limitar el número de contagios por esta enfermedad. Esto modificó diferentes conductas de nuestra vida cotidiana. Al permanecer en el hogar 24 horas, la convivencia con la familia era permanente; en el caso de las personas que vivían solas, el aislamiento de la sociedad fue aún mayor; asimismo, se tuvieron que adaptar los hogares para crear espacios de trabajo o estudio y muchas otras personas más perdieron sus empleos.

Todo esto, por supuesto, repercutió en las personas fumadoras y en su consumo de tabaco, ya que fumar dentro de los hogares es sinónimo de exponer a sus seres queridos al humo de segunda mano. Así, se generaron diferentes escenarios en los pacientes fumadores:

Efectos positivos y negativos en las personas fumadoras

Para contribuir a esta disminución del número de fumadores durante la pandemia, muchos países crearon diferentes políticas públicas de control de tabaco que, al mismo tiempo, contribuían a prevenir la propagación de la COVID-19. Entre ellas, se destacan las siguientes:

  • Prohibición del uso de cigarrillos convencionales, pipas, cigarrillos electrónicos, pipas de agua, vapeadores y cualquier producto de tabaco y nicotina en lugares públicos interiores y exteriores (Organización Mundial de la Salud, 2022).
  • Suspensión y restricciones en la producción, comercialización, importación o venta de todo tipo de productos de tabaco (Egbe y Ngobese, 2020).
  • Difusión de campañas de sensibilización, las cuales apelaron a que los fumadores tuvieran un mayor cuidado por su salud y que, por lo tanto, aumentará su motivación para dejar de fumar (Rábade et ál., 2021).

Durante la pandemia, la principal barrera de los programas ya existentes para la cesación del tabaquismo de cada nación fue que se realizaban a nivel presencial, lo que constituía una complicación para las diferentes naciones, ya que tuvieron que empezar a aplicar tecnologías de la información y comunicación (TIC) para la realización de estos programas de manera virtual; sin embargo, la adaptación de estas herramientas por las instituciones, en muchas ocasiones, progresó de forma lenta y, en muchas otras, no se contaba con los recursos tanto tecnológicos como monetarios para transformar los programas, por lo que, en los primeros meses de pandemia, se dejó de dar seguimiento a los pacientes en tratamiento para dejar de fumar y a muchos otros no se les brindó la atención adecuada.

Fotografía que muestra a mujer rompiendo un cigarrillo.

Nensuria. (s. f.). No fumar [ilustración]. Tomada de https://www.freepik.es/foto-gratis/senora-adicto-blanco-rompe-encantadora_1108610.htm#query=fumar%20prohibido&position=9&from_view=search&track=ais

 

Importancia de la cesación del consumo del tabaco ante la COVID-19

La pandemia de la COVID-19 nos demostró las barreras que existen en los programas de atención y cesación del tabaquismo ante una situación de emergencia de salud; también fue un evento que nos recordó la necesidad de la implementación de dichos programas, así como de la renovación, reforzamiento o mayor difusión de las medidas y programas ya existentes dentro de cada país.

Por esto, ahora más que nunca, es necesario sensibilizar a la población acerca del daño que genera el humo del tabaco, las emisiones de los sistemas electrónicos de administración de nicotina (SEAN) y los productos de tabaco calentado, así como también sensibilizar y concientizar a los fumadores de que la nicotina es una sustancia altamente adictiva y es un factor de riesgo que contribuye al desarrollo de muchas enfermedades; entre las más importantes, tenemos la hipertensión, la diabetes y la EPOC, así como las enfermedades respiratorias causadas por virus y bacterias.

Fotografía que muestra a una persona evitando cigarrillos.

Nensuria. (s. f.). No fumar [fotografía]. Tomada de https://www.freepik.es/foto-gratis/senora-adicto-blanco-rompe-encantadora_1108610.htm#query=fumar%20prohibido&position=9&from_view=search&track=ais

Al tener diversas costumbres entre las poblaciones y los programas de salud en los países de todo el mundo, no existe un programa para dejar de fumar que represente una opción única, ya que hay múltiples variaciones y todas pueden ser exitosas dependiendo de la población; sin embargo, existen propuestas muy valiosas que vale la pena revisar. Aquí te presentamos los programas más destacados:

Éste es uno de los programas más aplicados mundialmente en el primer nivel de atención. Esta intervención se basa en las 5A cuando se aplica de manera adecuada por el profesional de la salud, representa una valiosa ayuda a los pacientes que están listos para dejar de fumar.

Esquema que muestra el modelo de las 5A: averiguar, aconsejar, analizar, ayudar y acompañar.

Esquema 1. Modelo de las 5A para intervención al paciente fumador

El modelo ABC consta únicamente de tres fases —averiguar, breve consejo y cesación—. Esta intervención de consejería es breve y está planeada para que se realice durante la consulta médica, ya que se lleva de entre cinco y 10 minutos y permite reconocer, sensibilizar y ofrecer ayuda a los pacientes que son fumadores y que quieren o necesitan, debido a motivos de salud, dejar de fumar.

Esquema que muestra el modelo ABC: averiguar, breve consejo y cesación.

Esquema 2. Modelo ABC para intervención al paciente fumador

Este modelo contiene áreas temáticas que deben abordarse en una intervención de asesoramiento motivacional para ayudar a aquellos que no están preparados para dejar el consumo de tabaco.

Esquema que muestra el modelo de las 5R.

Esquema 3. Modelo de las 5R para motivar al fumador que no quiere dejar de fumar

Al atender pacientes, para los médicos de los tres niveles de atención durante la pandemia, debió haber sido necesario y aconsejable tener conocimiento sobre la aplicación de estos modelos de intervención breve, ya que, al dejar de fumar, se reducen los niveles de mediadores de inflamación e hipercoagulabilidad, lo que beneficia al organismo durante la infección de la COVID-19, mejorando, al mismo tiempo, su pronóstico y proceso de recuperación después de la infección.

El Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco, en su artículo 14 “Medidas de reducción de la demanda relativas a la dependencia y al abandono del tabaco”, refiere que es necesaria la realización de medidas eficaces para promover el abandono del consumo de tabaco y el tratamiento adecuado de su dependencia.

En 2008, se creó MPOWER: un plan de medidas para hacer retroceder la epidemia de tabaquismo; uno de sus ejes importantes es la “O”, que se refiere a ofrecer ayuda para el abandono del tabaco a través del fortalecimiento de los sistemas sanitarios, donde se facilite el asesoramiento en el primer nivel de atención de salud; asimismo, se recomienda apoyar a los pacientes a través del establecimiento de líneas telefónicas de ayuda para el abandono del tabaco y otras iniciativas comunitarias, junto con tratamiento farmacológico de fácil acceso y bajo costo, cuando sea necesario.

Conclusión


Podemos concluir que, dada la experiencia adquirida al enfrentar la emergencia sanitaria por la COVID-19 y a las predicciones de futuras pandemias, se deben continuar los esfuerzos para reducir el consumo de tabaco, incluyendo todas las estrategias determinadas en el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco. Conjuntamente, se tienen que aplicar medidas de sensibilización que se enfoquen tanto a las Administraciones Públicas y sector salud como a la población sobre la importancia de este tema, con la finalidad de que se creen campañas y políticas públicas que sensibilicen a los fumadores y no fumadores del daño que genera el tabaco y el mayor riesgo que se tiene de infectarse con virus respiratorios como el SARS-CoV-2 y desarrollar COVID-19 grave.

Igualmente, es primordial la asistencia al fumador por los profesionales de la salud, basada en intervenciones individuales y grupales a través de telemedicina, así como la creación de páginas web o aplicaciones electrónicas que sean manejadas por personal sanitario, que guíen en el tratamiento para dejar de fumar y permitan una mayor accesibilidad a fármacos para la cesación tabáquica y, consecuentemente, el éxito de los programas de cesación.

Imagen que muestra el uso de la telemedicina.

Macrovector. (s. f.). Telemedicina [ilustración]. Tomada de https://www.freepik.es/vector-gratis/iconos-isometricos-establecidos-medicos-que-consultan-pacientes-recetan-medicamentos-linea-3d-ilustracion-vectorial-aislada_26765343.htm#page=2&query=m%C3%A9dico%20digital&position=17&from_view=search&track=ais

Aún nos falta un camino muy largo para poder combatir la pandemia del tabaquismo; sin embargo, la pandemia de la COVID-19 nos ha dado un parteaguas para implementar con mayor fuerza los programas antes mencionados, y no sólo eso, sino que es necesario mejorar, adaptar, actualizar e innovar nosotros como país estos programas, con ayuda de las nuevas tecnologías y de las nuevas generaciones de médicos, para el bienestar tanto de nuestros pacientes como de la población y así poder vivir libres de humo de tabaco.

Actividad 1. Échale números al tabaco

Con la llegada de la COVID-19 a China a finales del 2019 y su rápida dispersión durante 2020, se desvió la atención de las diferentes pandemias que también se encuentran presentes en nuestro mundo. Una de ellas es el tabaquismo que, como has observado, afecta la salud tanto de las personas fumadoras como de las no fumadoras y que genera millones de muertes a nivel mundial.

Nuestro país no escapa a esta situación, ya que el consumo de tabaco se encuentra entre las 10 primeras causas de muerte y se asocia con múltiples padecimientos de tipo crónico e infeccioso, como es el caso de la COVID-19.

Actividad 2. El efecto sinérgico de la COVID-19 más el tabaquismo

Como has observado a lo largo del contenido de esta UAPA, las personas fumadoras y no fumadoras expuestas al humo de segunda mano presentan una alta morbimortalidad, con alteraciones principalmente del sistema respiratorio y cardiovascular. En diferentes estudios, se ha encontrado que los padecimientos en personas fumadoras y exfumadoras, como EPOC, infartos al miocardio, eventos cerebrovasculares, etc., determinan una mayor predisposición a presentar cuadros graves de COVID-19; por esto, se dice que, cuando estas dos enfermedades coinciden, tienen un efecto sinérgico; es decir, el daño que causan es mucho mayor al que se esperaría al sumar su impacto individual.

Asimismo, el tabaquismo no solamente agrava la COVID-19, sino que también determina una mayor susceptibilidad para adquirir el virus de SARS-CoV-2, de tal manera que su relación es negativa desde cualquier punto de vista.


Autoevaluación. Dejar de fumar es igual a un regalo de vida

Debido a la pandemia de COVID-19, muchos fumadores comenzaron a tomar conciencia sobre el daño que produce el consumo de tabaco y el riesgo de presentar cuadros más graves de COVID-19, por lo que buscaban ayuda para poder dejar de fumar.

Diversos estudios han demostrado que, cuando una persona fumadora deja de consumir tabaco y aún no ha desarrollado ninguna enfermedad grave asociada con la adicción, su esperanza de vida puede incrementarse hasta 15 años, con una buena calidad de vida; por eso, la intervención del médico en particular y, en general, de los profesionales de la salud, aconsejando y apoyando a los pacientes fumadores que atienden para que abandonen el tabaquismo, es fundamental, ya que así se evitan múltiples enfermedades que impactan económicamente al sistema de salud y reducen la esperanza de vida de los pacientes fumadores.


Fuentes de información

Bibliografía

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Documentos electrónicos

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Sitio electrónico

The Tobacco Atlas. (2021). Sección: Prevalence. https://tobaccoatlas.org/challenges/prevalence/

Cómo citar

Ponciano-Rodríguez, M. G. y Rojas-Limón, I. E. (2023). COVID-19 y Tabaquismo, Dos Pandemias Frente a Frente. Unidades de Apoyo para el Aprendizaje. CUAIEED/Facultad de Medicina-UNAM. [Vínculo]