Teoría de la Acción

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Introducción

La mayoría de las veces, cuando pensamos un poco en nuestras acciones, se debe a que nos aqueja un remordimiento o algo que no salió como queríamos. En algunas de esas ocasiones podemos percatarnos de que actuamos sin pensar, lo cual es grave, pero actuar por actuar sin importarnos cuáles sean las consecuencias, representa costos elevados que pagar, ya sea para otros o para nosotros mismos.

Imaginemos por un momento que en nuestras manos se pone una decisión que debe ser tomada al instante, sin demoras ni excusas. ¿Qué pasa si no se hace nada; si nos quedamos de brazos cruzados, o si la decisión no es la correcta? Tal circunstancia da mucho qué pensar e incluso miedo, por lo cual desearíamos que alguien viniera en nuestra ayuda.

De haber una respuesta apropiada a nuestra eventualidad, no puede ser otra más que prever por adelantado el alcance real de lo que hacemos para, de ser posible, pronosticar el efecto que puede tener una acción como resultado de una decisión concienzuda. Esta situación que, si bien es propia de todo lo que hacemos, dentro de una empresa puede genera precios muy altos, los cuales abarcan desde un despido hasta un ascenso.

En este tema estudiaremos éstos y otros aspectos que seguramente llevas a cabo día a día y que, sin lugar a dudas, serán relevantes en tu vida profesional y laboral, ya que cada acción enmarca lo que uno quiere, lo que uno puede y las recompensas de los actos; y, más aún, uno debe reconocerse como responsable de cada acción.



Poste con señalamientos en diferentes direcciones

Aviany. (2017). [Direcciones] [imagen].
Tomada de https://goo.gl/6YQgNY

El estudio de este tema te permitirá:

Reconocer cómo se configuran los factores necesidad, azar y libertad, los cuales posibilitan la acción humana, a partir de las decisiones y consecuencias que conlleva tomar diversas alternativas, ante circunstancias determinadas.

Contenido


Cada vez que el hombre actúa, lo hace movido por su propia voluntad o por la voluntad de otro; es decir, por simple necesidad o por una circunstancia que lo rebasa. Entonces, cada acción no puede ser explicada como un acto irrestricto de libertad. Sólo se puede hacer lo que es posible, lo que está a nuestro alcance. Cada decisión que tomamos se encuentra restringida por las decisiones de los otros o por las opciones efectivas que tenemos en nuestras manos.

Cada acción queda demarcada por lo que quiero, lo que puedo y las consecuencias de mis actos, de las cuales uno debe reconocerse responsable. Ello no es, en modo alguno, una dimensión o nivel de la conducta, sólo es una manera de analizar una acción (no un nivel de la misma), pues aquí lo determinante son las intenciones como consecuencias de un acto.


Toma de decisiones.

Alphaspirit. (2017). [Actuar] [imagen]. Tomada de https://goo.gl/FjQgxb


Teoría de la acción: necesidad, azar y libertad


En este apartado, más que hablar sobre una teoría de la acción, se teoriza sobre el propio concepto; si bien hay tantas versiones sobre teorías de la acción, todas ellas se derivan, sin duda alguna, de la teoría aristotélica de la akrasia, la cual pone al desnudo el desajuste que hay entre lo que queremos (la voluntad) y lo que hacemos (la elección plasmada en acciones concretas); además, expone que no siempre son congruentes entre sí, pues se puede querer algo y renunciar a poseerlo o hacer algo por el mero hacer; es decir, porque nos da la gana sólo para a ver qué pasa.


Idea de acción

Cuando se habla de acción, normalmente se piensa en qué hacer ante determinada situación; sin embargo, la cuestión no es tan sencilla, ni se limita a eso. Muchos buscan explicar las acciones por las causas que las originan, mientras otros lo hacen mediante sus consecuencias.


Silueta de persona con engranes y relojes

Geralt. (2015). [Acción] [imagen]. Tomada de https://pixabay.com/photo-1010218/

Motivos/Voluntad

Cada acción entraña algo que se quiere alcanzar o tener; es a lo que la voluntad aspira, es decir, se hace porque se quiere, siendo tal la razón la que mueve al hombre a actuar. Pero, por otro lado, a veces mis acciones no se explican sino por el hecho de que no nace en mí el deseo por llevar o conseguir algo.

Quizá me vea obligado a actuar por cierta circunstancia; es decir, no lo decido yo, pero no es posible quedarme sin hacer nada en aquellos casos como huir de un peligro, o bien, hacer lo que se nos pide aunque no queramos o lo hayamos elegido, tan sólo para no perder un empleo, entre otras cosas.


Diagrama con causas y consecuencias de la Teoría de la acción

Teoría de la acción

Cuestionamientos

La sola pregunta, “¿qué hago ahora?”, insinúa más preguntas que respuestas, pues, en sí mismo, actuar de un modo u otro depende de más de una cosa: si lo que voy a hacer decidí hacerlo; qué quiero hacer o qué debo hacer; mis acciones están gobernadas por mí o supeditadas a cuestiones fuera de mi control; acaso siempre puedo encontrar un sentido para lo que hago o a veces es difícil saber por qué hago lo que hago.


Persona frente a tres caminos posibles

3dman_eu. (2015). [Cuestionamientos] [imagen]. Tomada de https://pixabay.com/photo-1015716/


En general, actuar debería ser, en principio, el resultado de algo más que un porque sí, pero, como personales, no todas nuestras acciones son fruto de decisiones sino, en muchos casos, de obligaciones o hasta de situaciones inesperadas. Es difícil saber siempre qué hacer, sobre todo si nos cuesta trabajo imaginar los efectos o alcances de nuestras acciones o si consideramos que no nos conviene hacer tal cosa, puesto que sus consecuencias pueden resultar adversas o poco favorables para nosotros mismos o, incluso, pueden llegar a afectar a los demás. Ello entraña asumir el compromiso de yo lo hice, pero pocos encaran costos negativos de una acción; sólo se reconoce ser su autor cuando existen beneficios a cambio: un aplauso o un premio.


¿Qué elijo?


En otras circunstancias, quizá más especiales, se cree que se actúa sin pensar: “tuve que hacerlo porque no me quedó de otra”. Al parecer, no se podía elegir ni escoger porque no había propiamente opciones. Por ejemplo: “¿Salvo a mi esposa o a mi hijo? Pues mi auto está a punto de explotar y el tiempo sólo me alcanza para rescatar exclusivamente a uno de los dos”.



Otra consecuencia de este tipo de situaciones es la indecisión agravada por la angustia, la cual conduce inexorablemente a no actuar y quedar paralizado por los reproches venideros, vervigracia, “por qué hice esto y no lo otro”.

Hay acciones que están determinadas por una decisión que no puede aplazarse, tampoco tomarse tiempo para revisar sus pros y contras; es decir, se tiene que actuar. Por ello, en algunos casos, más que decir “voy a hacer esto o aquello”, se dice “creo que lo hice” o “pensé que era lo mejor”, dando paso a reflexiones que justifican el haber actuado en cierta forma o, de lo contrario, generando la pena o el castigo casi siempre autoinfligido de “pasó lo que pasó por mi culpa”, a pesar de que nadie nos acuse.

Persona con foco de ideas, pensando en varias acciones Iqoncept. (2017). [Indecisión] [imagen]. Tomada de https://goo.gl/FxKAGz

Es común que nos reprochemos nuestros propios actos por consecuencias que no esperábamos que se presentaran; de esa manera, toda acción queda irremisiblemente determinada, ya sea por decisiones tomadas libremente, por coacciones externas que nos obligan a actuar de una manera y no de otra, o por el azar. En la medida en que hay momentos en que uno no decide escoger o tomar una decisión, simplemente no puede o no debe quedar como mero espectador ante lo que pasa, esperando que otro actúe en su lugar o que nada ocurra si no se decide a actuar.

Grupo de personas, una resalta del resto 3dman_eu. (2017). [Actos] [imagen]. Tomada de https://pixabay.com/photo-2358244/

De acuerdo con lo anterior, a veces actuar equivale a tratar de obtener algo deseado o evaluar qué pasa si actúo de determinada manera y no de otra, o si simplemente no actúo; todo ello en función de las repercusiones que implique una decisión llevada a su cumplimiento en la práctica.

Esquema de actitudes frente a las malas decisiones

Actitudes frente a la mala decisión



Esquema de la toma de decisiones


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Pirámide de necesidades básicas del ser humano Necesidades básicas del ser humano

En pocas palabras, existen cosas que por necesidad sólo nos queda asumir y aceptar, debido a que son factores de acción o para actuar, entiéndase causa o explicación de lo que hacemos, pues de esto depende lo que somos y seguiremos siéndo; no se puede vacilar ni decidir no satisfacer nuestras necesidades, pues privarse por decisión de lo que se necesita, se equipara a ir en contra de uno mismo, atacar la plenitud que cada quien debe buscar, a la que se debe aspirar. Siempre se debe elegir lo que es mejor para uno mismo.

La concepción de libertad


El concepto libertad se ha entendido y usado en innumerables formas y contextos posibles. Desde los griegos, que la interpretaban como la abolición del destino, hasta la noción de autonomía, aplicable tanto a individuos como a sociedades y organizaciones de manera general, y entendida como la posibilidad de ser independiente y regir el propio curso de sus acciones y de su vida, sin la interferencia de otros.

Cuando se trata de pueblos, en lugar de voluntades particulares, ser autónomo no significa evadir o incumplir la ley, sino obrar según las leyes propias, esto es, sin la imposición de leyes ajenas.


Manos esposadas

Wavebreakmedia. (2017). [Libertad] [fotografía].
Tomada de https://goo.gl/ZKHysY


Perspectiva aristotélica

Así pues, podemos ir desde la perspectiva aristotélica (que afirma que sólo son acciones voluntarias y libres las que no nacen ni de la ignorancia ni de la coacción), o podemos considerar una visión como la de san Agustín, en la cual la libertad es un misterio regalado al hombre como una señal de que la existencia de Dios no entraña la determinación absoluta de los actos humanos, cancelando como tal la voluntad, sino que confiere al hombre su autodeterminación, hasta cierto punto, entendida como libre albedrío.


Persona eligiendo entre algo positivo y negativo

3dman_eu. (2017). [Libre albedrío] [imagen]. Tomada de https://pixabay.com/photo-2339843/

Perspectiva existencialista

Y claro, también se puede llegar hasta el extremo de ver a la libertad como lo hacía Sartre, como una condena, en virtud de que estamos condenados a elegir, pues hasta decidir no hacerlo constituye una elección. O como decía Heidegger: la expresión más auténtica del hombre consiste en elegirse a sí mismo, al ser que es y puede llegar a ser, y no aspirar a ideales o modelos inalcanzables a riesgo de caer en la suplantación; no como producto de ser otro que no soy, sino de rechazar lo que sí soy como mi elección más propia y verdadera.


Persona con globo de de pensamiento

Iqoncept. (2017). [Existencialismo] [imagen]. Tomada de https://goo.gl/nf8SWb


Ser libre no es lo mismo que elegir, pues se puede ser libre y no tener, en ciertos casos, la posibilidad de escoger, ya sea porque no hay opciones o porque otro decide en lugar de nosotros. Es común creer que cada quien hace lo que quiere y que ser libre quiere decir exclusivamente eso: una expresión de mi voluntad, sin intermediario alguno, y un llano y directo “quiero esto”.

Pero, ¿qué ocurre cuando lo que quiero ya fue elegido por alguien antes?, ¿qué puedo hacer?, ¿qué escoger si ya no puedo elegir lo que quiero? O, aun más grave, si no hay razón para elegir o no queda ya algo para elegir.

Ser libre sirve de muy poco y pierde todo sentido cuando no existen opciones; por tal motivo, la libertad presupone que se puede alcanzar lo que se quiere, ya sea ahora o después, pero que se puede hacer efectivo en algún momento.


Persona con una red de lecciones posibles

iqoncept. (2017). [Pensar lo que se quiere] [imagen]. Tomada de https://goo.gl/omYD9v


Posibles actos de libertad

Ya no se trata de un acto de libertad cuando se escoge casarse con alguien que ya está casado, a menos que se tenga la esperanza o certeza de que, por alguna causa (el divorcio o la muerte), esa persona pueda estar en condición de ser elegible de nuevo para poder casarse con ella, suponiendo que así lo quiera también.

Entonces, cuando algo ya no puede ser, sólo se puede escoger lo que se nos plantea desde un inicio en calidad de ser elegido: puedo votar por el candidato que quiera, gane o no gane la elección; puedo luchar por realizar un sueño aun cuando no lo consiga totalmente, o de inmediato, sino a largo plazo.


Posibilidades al elegir

Ahora bien, en ocasiones hay tantas cosas que pueden ser elegidas por la persona que, virtualmente, la libertad se cancela o se pone en entredicho, pues elegir vestirse para una cita de cierta forma hace pensar: “¿por qué no me vestí de otra forma si pude hacerlo?”. Eso en el mejor de los casos, ya que uno puede quedar paralizado sin poder decidir algo debido a la gran gama de elecciones posibles a su alcance.

Ser libre

En este sentido, muchas veces decidimos cada cosa que hacemos en nuestra vida cotidiana, pero no siempre resulta fácil hacerlo; incluso, ser libre es tan difícil de sobrellevar, por el hecho de estar literalmente condenado a escoger qué parece mejor, que a veces preferimos que otro nos diga qué hacer para no incurrir en un error ni arrepentirnos después, lo cual acota la libertad con la frase “mejor decide por mí”, debido a que puede ser visto también como un acto de evasión de responsabilidad de “no quiero comprometerme”.


Aspectos que influyen en la toma de decisiones

Toma de decisiones


Aunque la libertad tiene que ver más con tomar una decisión que con eludirla o posponerla, hacer eso constituye un resultado de la elección y no un acto de libertad como tal.


Enfrentarnos al azar


El azar, normalmente ligado al dejar todo a la suerte, es totalmente distinto del ser contingente o de lo peculiar de determinada situación: No se define por el hecho de que cada situación configura las cosas a su manera, según su contexto y circunstancias específicas, debido a que nada hay allí al azar, todo está bien definido pero de manera particular, casuística si se quiere.

Todo depende de la situación que se trate, porque está determinado por sus propias reglas internas; así como en cada país rigen reglas que no necesariamente coinciden con las de otro, lo cual no quiere decir que al viajar a otro país sea incierto si nos castigan o no por cosas de las cuales no somos penados en nuestra nación de origen. He allí una situación en la que nada es incierto, pues antes de ir a él podríamos conocer dichas reglas para no dejar a la suerte nuestra suerte al visitarlo.

Dicho así, el azar no es situacional sino algo que escapa a nosotros, que no está determinado, que puede pasar o tal vez no, tal como sucede con la combinación numérica que sale al aventar unos dados, ya que no es algo que podamos saber previamente, porque está del todo indeterminado.


Dos dados representando al azar

Tiloligo. (2017). [Azar] [imagen]. Tomada de https://goo.gl/nSjjgj


¿Qué pasa si lo que quiero hacer no lo hago porque quiera yo, ni porque quiera otro, ni porque me obliguen o esté obligado a hacerlo, sino porque la situación me exige actuar así?



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Dicho de este modo, uno no escoge actuar, las circunstancias te hacen actuar, principalmente cuando se presenta una situación inesperada o en la que jamás creímos que nos tocaría decidir qué hacer a nosotros. Se tienen que tomar decisiones de ese tipo cuando tu vida o la de otros está en riesgo; cuando no te queda tiempo, pues la decisión debe ser inmediata; cuando se nos ofrece algo, pero se nos condiciona a decidir sobre ello casi de manera instantánea, pues de no ser así, es inminente el saber que hemos perdido una oportunidad que no vamos a volver a tener.

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Decisiones como éstas, pocas veces pueden ser anticipadas y, mucho menos, se pueden adelantar los costos reales de tomarlas o no, pues el decidir aplazarlas es no haber decidido algo en concreto; es decir, no se ha decidido todavía y sigue pendiente tomar una decisión, lo que en ocasiones puede costarnos mucho, debido a que no siempre lo que funciona ahora es garantía de que funcione después.

Viendo dicho panorama, el azar condiciona lo que hacemos, nos limita de manera significativa, no nos da oportunidad de visualizar consecuencias ni de hallar razones en un primer momento, sólo se actúa porque alguien tiene que hacer algo y me tocó hacerlo; sólo resta decir que se trata de algo circunstancial, en principio excepcional, pues las contingencias eso son: situaciones sobre las cuales no se puede proyectar previamente qué hacer, pues están más allá de mi voluntad.

Situaciones imprevisibles

SergeyNivens. (2009). [Decisiones anticipadas] [imagen]. Tomada de https://goo.gl/Fr3sUt


Actividad 1. Reconociendo los componentes de la teoría de la acción

Cada acción y reacción de nuestras actividades es respuesta a nuestras necesidades vitales, son reflejo de nuestros intereses o responden a aquello que no se tiene opción de elección, pero que sí debemos ser responsables de los resultados.

Lee las preguntas y selecciona la respuesta correcta con base en la lectura del tema. Al concluirla podrás reconocer tu nivel de dominio.


Autoevaluación. Repasando al teoría de la acción

Lo que hacemos o dejamos de hacer responde a la teoría de la acción, donde se reflejan nuestras decisiones o indecisiones de las respuestas a la vida cotidiana, las cuales están dadas por la libertad, las necesidades y el azar de cuándo, cómo y porqué respondemos ante ellas, con el fin de transformar nuestro día con día.

De las siguientes afirmaciones, reconoce cuál es Falsa o Verdadera y selecciónala. Al final podrás saber tu desempeño.

Fuentes de información

Básicas

Bibliografía


Frankfurt, H. (2006). La importancia de lo que nos preocupa. Buenos Aires: Katz.

Maggi, R. E. (1997). Desarrollo humano y calidad: valores y actitudes. México: Limusa/CONALEP-Unidad de Promoción y Aseguramiento de la Calidad Educativa.

Platts, M. (comp.). (2000). Dilemas éticos. México: UNAM-IIF/FCA.

Solomon, R. C. (2000). Nuevas reflexiones acerca de las organizaciones de negocios: el éxito basado en la integridad de las personas. México: Oxford University.

Valdecantos, A. (2008). La fábrica del bien. Madrid: Síntesis.


Documentos electrónicos


Pino, M. (2017). Ética en las organizaciones [Versión electrónica]. México: SUAYED-UNAM-FCA. Consultado el 31 de octubre de 2017 de http://fcasua.contad.unam.mx/apuntes/interiores/docs/20172/informatica/2/2/LI_1850_07116_A_Etica_en_las_organizaciones.pdf

Complementarias

Gónzalez, J. (2004) Ética y libertad. México: FFL-UNAM.

Pappenheim, F. (1981). La enajenación del hombre moderno. México: Era.


Cómo citar