Dentro del ciclo de vida de un proyecto de inversión, se encuentra la etapa en la cual se realiza el estudio técnico (también llamado estudio técnico operativo), que consiste en cuantificar y definir las características con las que debe contar el activo fijo y todo lo que se requiere para fabricar los productos o dar un servicio, por ejemplo, las instalaciones, terrenos, servicios, maquinaria y equipo; asimismo, se determinan las dimensiones y la distribución del proceso productivo y la ubicación física de las instalaciones de la planta productiva.
En esta unidad veremos que el estudio técnico operativo se enfoca en establecer la posibilidad real de producir, para lo cual se diseña el proceso de producción, el tamaño de la planta —si es el caso—, la localización de las instalaciones, la selección de la maquinaria, la distribución de la planta y la cuantificación de los costos.
El estudio técnico es una etapa de un proyecto de inversión
Este estudio consiste en determinar la posibilidad real de producción, por lo que se relaciona con la capacidad productiva (tamaño y localización de la planta y procesos productivos), así como el empleo de los factores de producción (específicamente, materiales y trabajo).
El estudio técnico abarca los aspectos de operación y el uso de los recursos disponibles para la producción de un bien o servicio; además, se estudian cuestiones como el tamaño óptimo y localización de la planta, la maquinaria y la logística requerida.
El objetivo del estudio técnico es determinar la factibilidad técnica, es decir, la posibilidad de contar con los recursos y procesos para producir los bienes y servicios que el proyecto ofrecerá.
Los aspectos que considera el estudio técnico son:
Al partir del estudio de mercado, el estudio técnico determina la viabilidad del proyecto, así como la inversión fija y variable para que la producción ocurra.
El primer aspecto a tratar dentro del estudio técnico es la ubicación de la planta. El análisis de la localización de la planta consiste en determinar el lugar en el que se instalará la nave industrial, reduciendo los costos de traslado de los insumos y los productos terminados, y generando los máximos beneficios para los inversionistas.
Los factores que influyen en esta localización son conocidos genéricamente como factores locacionales, y son variables que debe cubrir el análisis de localización.
Los factores locacionales se clasifican en dos grandes categorías. Presiona las pestañas para ver en qué consisten:
Son las variables generales que se analizan para determinar la ciudad en la que se instalará la planta industrial.
Son las variables particulares que determinan el lugar exacto en el que se ubicará la planta productiva.
A continuación, revisaremos con más detalle cada uno de estos factores.
Factores de macrolocalización
Como su nombre lo indica, es el conjunto de variables que ayudan a determinar el territorio o localidad en la que se implantará la planta. El análisis de los factores de macrolocalización implica la revisión de todas las ventajas y desventajas que ofrece cada ciudad o parque industrial para el desarrollo de proyectos.
Dentro de los factores de macrolocalización se encuentran:
Hoy en día, el resto de los factores mencionados dependen de las políticas de desarrollo de una ciudad o, en el caso de México, de un estado federativo particular. Por ejemplo, en la Ciudad de México existe infraestructura, mano de obra calificada, entre otros aspectos, pero ya no es posible la implantación de nuevas industrias. Por otro lado, existen algunos puntos geográficos en donde no se cumplen las características requeridas por los factores de macrolocalización, pero en donde es posible, dadas las características físicas del lugar, la implementación de la planta. Es por eso que se sugiere que el líder de proyecto considere por lo menos cinco ubicaciones posibles.
Factores de microlocalización
Los factores de microlocalización son las variables que permiten determinar el lugar exacto de ubicación de la planta. Una vez que se ha elegido la ciudad o localidad en la que se implantará la nave industrial, es preciso determinar la ubicación exacta, considerando los siguientes aspectos particulares:
Niveles de análisis
Los niveles de análisis de localización, como ya se ha comentado, incluyen los factores de macrolocalización y microlocalización. Pero, a su vez, implican las siguientes fases.
Cuando el estudio se realiza en diferentes niveles, se debe aplicar esta secuencia para cada uno; es factible variar los factores relevantes o críticos según el nivel geográfico a estudiar.
Las alternativas consideradas en un nivel servirán de punto de partida en la etapa siguiente. Para determinar si un factor debe considerarse en una etapa de análisis, deberá ser sensible al nivel de agregación geográfica analizada y tener un impacto considerable sobre los costos, los ingresos o la posición estratégica de la empresa.
El tamaño de la planta es sinónimo de capacidad productiva. Se refiere a las dimensiones físicas de la planta y de la cantidad de bienes que puede producir.
El análisis del tamaño de la planta es la parte del estudio técnico relacionada con la determinación de la capacidad productiva de unas nuevas instalaciones, medidas en tiempo o en unidades.
Este análisis representa un elemento básico del proyecto, porque permite conocer la inversión que debe hacerse. Asimismo, proporciona el conocimiento relativo al poder de una industria para satisfacer las necesidades de una demanda específica.
La capacidad productiva será medida de acuerdo con los productos ofrecidos; aunque, como ya se mencionó, también se puede medir en horas máquina.
Los factores que determinan el tamaño de la planta
Los principales factores que inciden directamente en el tamaño de la planta son:
1. La demanda potencial de un proyecto determina el tamaño de la planta porque establece la posibilidad real de satisfacer las necesidades de los clientes. Desde el estudio de mercado se va definiendo si es necesario ampliar la capacidad productiva, mantener la actual o, incluso, disminuirla. En algunos proyectos de inversión, sobre todo de reemplazo o expansión, el estudio de mercado es secundario al tamaño de la planta, puesto que, en este tipo de proyectos, se ha identificado que la capacidad actual resulta insuficiente ante el crecimiento del mercado.
Se pueden identificar tres escenarios de la demanda con respecto al tamaño de la planta:
Cuando la demanda es superior a la capacidad productiva, entonces hay que modificar el tamaño de la planta y realizar el reemplazo o expansión.
Si la demanda y el tamaño de la planta son semejantes, entonces el proyecto puede continuar su formulación y su evaluación. Pero si la demanda es inferior al mercado, entonces se hace necesario el ajuste a la demanda y replantearse objetivos de venta o, bien, la utilización de la capacidad desaprovechada. Así, un proyecto debe aceptarse si la demanda está equilibrada o si la demanda es superior a la capacidad proyectada.
Hay que hacer notar que siempre se debe esperar un poco más del mercado ya que el nivel óptimo de operación de una planta no siempre maximiza las ventas, pues éstas dependen de muchos otros factores. Entonces, el tamaño de la planta debe ir adecuándose a las necesidades de los clientes a medida que se ejecuta el proyecto. Lo que sí se debe considerar es la plena satisfacción del mercado.
El abasto suficiente en cantidad y calidad de insumos (materiales y mano de obra) es otro aspecto a considerar en el tamaño de la planta, pues de esto depende directamente la calidad del bien o servicio que se generará, su entrega oportuna, así como la imagen que tendrán de ella los consumidores. Esto implica la búsqueda de proveedores cercanos y de calidad.
Si la demanda es un factor importante, también lo es la oferta del proyecto. Si no se cuenta con los suficientes insumos, no se podrá producir lo que la demanda necesita, es entonces cuando cabe la posibilidad de que el tamaño de la planta sea modificado y ajustado a la disponibilidad de insumos, principalmente de los materiales y de la mano de obra calificada.
Así, se puede decidir entre una gran planta o, bien, plantas pequeñas ubicadas en distintas localidades, a fin de abatir los costos de abastecimiento. Otro aspecto a discurrir en este apartado son las bodegas o almacenes y su disposición dentro de la planta.
La tecnología es la aplicación de la ciencia para facilitar algunas funciones humanas. En el caso de la producción, la tecnología puede implicar la necesidad de máquinas que den respuesta rápida a la demanda y, sobre todo, reducir costos de transformación. Cuando una empresa cuenta con tecnología, cabe la posibilidad de que su tamaño sea afectado principalmente por la reducción o ampliación de espacios o, bien, por las características de los procesos automatizados.
Si los recursos financieros no son suficientes, el tamaño del proyecto debe ser aquel que se adapte al acceso que tenga una empresa al financiamiento.
Tamaño propuesto
Una vez que se analiza el mercado, la disponibilidad de insumos, la tecnología y el financiamiento, se procede a determinar el tamaño propuesto para la planta. Para esta labor, se necesita la colaboración de profesionales especializados en el diseño e implementación de la planta. No hay que olvidar que la comparación del costo-beneficio es fundamental en esta etapa, sobre todo porque se buscará el tamaño de la planta que justifique su inversión y todos los aspectos arriba mencionados.
En la propuesta del tamaño de la planta, debe incluirse la capacidad productiva, que, como hemos comentado, es el volumen de producción que se puede obtener con las instalaciones. Esta capacidad productiva puede ser:
Economía del tamaño
La economía del tamaño es una variable que se relaciona con el manejo de los insumos, observándose dos escenarios:
Las economías del proyecto inciden en su tamaño y, por lo tanto, en la inversión que se hace en la planta productiva; para medir esta relación, se emplea la siguiente fórmula:
Inversión para el tamaño de la planta en el tiempo
Donde:
I t = Inversión necesaria para un tamaño Tt de planta en un periodo.
I o = Inversión necesaria para un tamaño To de planta inicial.
T o = Tamaño de planta utilizado como base de referencia.
= Exponente del factor de escala.
Es necesario recordar que cuando se habla de maquinaria e instalaciones, es preciso referirse a los costos fijos. Los costos fijos son las erogaciones que no se relacionan directamente con un volumen de producción específico, tal es el caso de la depreciación por línea recta empleada por algunas industrias.
Los costos variables son los que se relacionan con los materiales y la mano de obra y tienen incidencia directa en un volumen de producción.
La manera de hacer eficiente la inversión fija en maquinaria y, por ende, reducir los costos fijos, es lograr las economías de escala. Recordemos que sobre cierto nivel de producción es posible que los costos fijos bajen, mientras que los variables suban o viceversa. También es factible que para poder vender más de un cierto volumen, los precios deban reducirse, con lo cual el ingreso se incrementa a tasas marginales decrecientes.
Gráfica de economías de escala
Como puede observarse en esta gráfica, el equilibrio se logra con el tamaño q4, ya que satisface los incrementos de ventas y cubre los costos fijos y variables.
Rentabilidad del tamaño
La rentabilidad del tamaño consiste en determinar el incremento de las utilidades derivado de la inversión que se haga en la planta. Para ello, deben acumularse los costos fijos y variables relacionados con la industria, y confrontarlos con las ventas. En el estudio financiero se calculará la TIR (tasa interna de rendimiento o retorno del proyecto), y, con ella, la rentabilidad del proyecto total.
La ingeniería de proyecto es la parte del estudio técnico que conjunta el estudio de la capacidad productiva con el estudio de la constitución del producto.
La ingeniería de proyecto comprende las siguientes fases:
Presiona las pestañas para ver sus características.
La ingeniería conceptual es la etapa inicial del proyecto en la que se evalúa su viabilidad técnica, la secuencia del proyecto, los costos, la posible ubicación de la planta, la capacidad productiva y el proceso. En esta fase sólo se identifican aspectos generales de ingeniería. Sólo se plantean conceptos e ideas.
La segunda etapa es la ingeniería básica, en donde se profundiza el estudio previo hecho en la ingeniería conceptual y se especifican las necesidades de producción para el proyecto.
En esta etapa se desarrollan actividades tales como:
En la ingeniería básica es importante estudiar:
Como etapa final de ingeniería, aparece la ingeniería de detalle, referida a la implementación de la planta productiva generada por el proyecto, las pruebas piloto y la elaboración de los productos. En la ingeniería de detalle se ajustan los objetivos de producción del proyecto de inversión.
Actividad. Elementos que determinan dónde instalar una planta de producción
Primero, lee el siguiente caso sobre un proyecto de inversión para instalar una planta de producción.
Autoevaluación. Identificando los elementos técnicos que determinan la posibilidad real de producción de un bien o servicio deseado que el proyecto ofrecerá
El estudio técnico comprende todas las actividades en que se definen las características de los activos fijos, tamaño óptimo y la mejor localización de las instalaciones para llevar a cabo de manera eficaz el proceso productivo.