El proceso de coaching puede aplicarse en las organizaciones para beneficio de los individuos, equipos y organización en general; es una herramienta para la mejora de equipos y grupos de trabajo.
La aplicación debe ser realizada por un coach experto con certificación, horas de experiencia y, en la medida de lo posible, empatía hacia los objetivos organizacionales; de esta manera, será posible crear equipos de mejora continua y sinergizados que alcancen mayores rendimientos personales y profesionales en todos los niveles de la organización, tanto directivos como de puestos medios.
El coach apoya a que se mejore el rendimiento en las organizaciones.
Según Thomas Crane, el coaching es un proceso de comunicación donde el coach se encarga de retroalimentar el desempeño del coachee; sin embargo, Marshall Goldsmith dice que ayuda a los líderes exitosos a alcanzar cambios de conducta positivos y duraderos para ellos mismos, su gente y equipos. Si bien se puede decir que el coaching es un proceso de cambio en una persona (coachee) con apoyo de otra (coach), ya sea para cambiar alguna situación personal o profesional, cabe mencionar que debe haber una buena comunicación entre ambas partes, así como ser una relación basada en la confianza.
El coaching organizacional se aplica en las empresas, ya sea para la mejora de un área mediante el trabajo en equipos, o individual con algún directivo de la empresa.
Algunas características del coaching organizacional son las siguientes:
El coaching pretende facilitar el proceso de pensamiento y el ejercicio de la reflexión sobre situaciones concretas, las cuales no se limitan a una sola tarea, sino que comprenden procesos y relaciones. No busca ayudar a resolver problemas, sino que intenta generar respuestas a partir de los conocimientos y experiencia del coachee al centrar su atención en el potencial del individuo para optimizar su desempeño laboral, es decir, se busca desarrollar el conocimiento y habilidades de los empleados al centrarse, en primer lugar, en su desempeño y, después, en su carrera laboral y su futuro éxito profesional y personal.
En el coaching organizacional, el coach es responsable de dirigir el proceso (comúnmente es un plazo breve) mediante preguntas y retroalimentación que faciliten la reflexión y el aprendizaje práctico. El coaching dirige sus objetivos a fomentar la capacidad del empleado hacia el desarrollo de su potencial y habilidades, los cuales podrá aplicar en situaciones reales de trabajo cuando la ocasión lo requiera.
El coaching organizacional no sólo se trabaja individualmente, sino también en grupos o equipos de trabajo, lo cual resulta bastante benéfico para los empleados que se incorporan a este proceso.
El coach apoya a que se mejore el rendimiento en las organizaciones.
El coaching para grupos de trabajo se usa para promover el desarrollo de habilidades en común e identificar y mantener la sustentabilidad de un aprendizaje específico también común. Ha resultado benéfico para apoyar a los grupos constituidos por miembros de diferentes áreas de la empresa, los cuales deben alcanzar una meta común mediante el uso de tecnología.
En un equipo, los miembros necesitan unos de otros para alcanzar la meta en común, es decir, son interdependientes; por ello, requieren desarrollar un sentido de propiedad, propósito, confianza, comunicación y apertura para lograr su meta. Además, cada miembro es seleccionado de acuerdo con las habilidades que aporta al equipo. Cabe mencionar que, en los equipos, cada miembro es responsable del resultado obtenido.
El beneficio primordial del coaching en los equipos de trabajo radica en la existencia de sinergias que permitan alcanzar con mayor rapidez, en el menor tiempo posible y con menos recursos, los resultados esperados gracias a la aclaración de metas, expectativas, roles y normas del equipo; asimismo, asegura una comunicación adecuada que permita manejar problemas interpersonales.
El mayor beneficio del coaching para equipos consiste en lo siguiente:
Mientras los miembros del equipo sean más autodirigidos y orientados a la meta, las empresas mejorarán su calidad y productividad; asimismo, construirán relaciones más fuertes y duraderas con los clientes.
El coaching empresarial se aplica individual o grupalmente; no sólo beneficiará a la empresa, sino también a los individuos que participen en este proceso, ya que les permitirá ser más productivos, y no sólo se enfoca al ámbito profesional, ya que también debe haber un cambio personal para que el individuo lograr mejorar y, por ende, sea más efectivo en su vida personal y profesional.
El Instituto Colegiado de Personal y Desarrollo (CIPD, 2004) menciona algunos factores que inducen a las empresas a trabajar con coaching:
El interés de las empresas para implementar el coaching se deriva de su utilidad como herramienta capaz de optimizar al máximo sus resultados de negocios e incrementar sus niveles de competitividad. El motivo de esta creencia radica en que las empresas piensan que el coaching organizacional influirá en sus empleados al incrementar su nivel de eficiencia, los inducirá a alentarse y comprometerse con las estrategias de la organización y les permitirá manejar y responder adecuadamente a los cambios acelerados del entorno.
El coaching abre ventanas para escudriñar nuevos conceptos, sistemas integrales, técnicas, herramientas y tecnologías de gestión empresarial centrados en lo siguiente:
El coaching no sólo ha impactado a la organización al volverla más eficiente y productiva; también ha sido adoptado como una nueva forma de trabajar. Esto no quiere decir que la empresa requiera un coach como personal fijo, sino que los mismos líderes de la organización pueden actuar como coach.
A continuación, se detallan las etapas del proceso administrativo:
El jefe como coach.
El coaching podría verse como una forma elemental en que los dirigentes deben conducir su trabajo, en remplazo de las formas tradicionales de dirección de personal. Desde esta perspectiva, los trabajadores se visualizan como miembros de un equipo, elementos activos con posibilidad de desarrollo continuo para optar a una promoción.
Cuando los gerentes adoptan un perfil de coaching, la organización se beneficia de numerosas formas:
Las ventajas de lograr que los líderes se conviertan en coach son muchas; para ello, se requiere tiempo y esfuerzo. Más allá de proporcionar a los líderes los conocimientos y habilidades necesarias para convertirse en coach, es preciso implementar con claridad una alineación entre estrategia, objetivos, evaluación de resultados y sistemas y procesos en la empresa para lograr, a través de este tipo de coaching, resultados de negocio tangibles. Por lo tanto, la formación de líderes como coach es un medio para alcanzar el óptimo desempeño de todo proceso empresarial.
En los últimos años, las empresas han iniciado procesos para medir la efectividad del coaching con el fin de establecer, de modo mesurado, índices de relación entre la inversión efectuada y los resultados esperados. Por su propia naturaleza, es difícil medir de manera completamente objetiva; se han establecido diferentes metodologías, como los diagnósticos de satisfacción con el proceso a través de entrevistas informales o encuestas sobre la opinión del coachee; la retroalimentación de 360 grados a través de entrevistas y evaluaciones escritas donde participa cualquier otra persona relacionada con el proceso del coaching, o el método de casos de éxito cuyo propósito fundamental es demostrar qué tan bien está funcionando una iniciativa.
El desarrollo de mejores prácticas para obtener y utilizar métricas y evaluaciones que indiquen los beneficios e impacto del coaching, tanto a nivel individual como de empresa, no sólo es un reto, sino también una condición indispensable para que el coaching pueda seguir creciendo como práctica.
Una competencia laboral es aquella capacidad productiva de un individuo evaluada en términos de desempeño y ubicada en un contexto laboral determinado; refleja habilidades, conocimientos, destrezas y aptitudes necesarias para la realización exitosa de un trabajo. Se entiende por competencia una formación desarrollada durante la vida que incluye el entorno personal, social y laboral; son fuentes para una ciudadanía activa y el elemento central de la inclusión laboral y social.
Presiona las pestañas para conocer las competencias que se pueden certificar.
Actualmente, las empresas buscan contar con el mejor personal; por ello, basan su selección de acuerdo con sus competencias. El coaching es un método que ayuda a los miembros de las organizaciones a desarrollar las habilidades con que cuentan, ya que el cambio se deriva del desarrollo de aquellas habilidades y aptitudes que tienen los individuos que participan en este proceso. El coaching, al ser un proceso de cambio, modifica el comportamiento de los individuos, es decir, un coachee que cuenta con ciertas habilidades puede desarrollarlas de manera que se vuelve más productivo; asimismo, hay personas que tienen ciertas características que les impiden hacer un buen trabajo, pero pueden modificarlas para alcanzar la meta propuesta.
Si bien las empresas que trabajan sólo por competencias tienen una mayor eficacia y aquéllas que sólo implementan el coaching ven una mejoría bastante satisfactoria, trabajar el coaching en conjunto con las competencias mejorará a la organización de manera más efectiva.
Implementar una certificación de competencias, junto con el coaching, implica un costo para la empresa, pero el beneficio se refleja considerablemente, ya que el personal se volverá más competente y la organización contará con el personal que la haga capaz de enfrentar al mercado.
El uso del coaching dentro de las organizaciones abarca diferentes campos de acción; estas áreas pueden ser las siguientes:
La definición de coaching organizacional varía en función de su finalidad, corriente teórica en que se fundamenta o metodología que emplea. Una definición propuesta sería la siguiente:
La aplicación del coaching organizacional implica algunos beneficios para la empresa, como los siguientes:
El papel que juega el coaching dentro de las organizaciones puede ser similar a otras técnicas empleadas; sin embargo, posee características que lo distinguen. Algunas técnicas que llegan a actuar de forma similar al coaching son: entrenamiento, consultoría, terapia psicológica o mentoring.
El coaching consiste en facilitar el proceso de pensamiento y el ejercicio de reflexión sobre situaciones concretas que, si bien se refieren al trabajo, no se limitan a la tarea, pues comprenden procesos y relaciones. Por lo anterior difiere de la técnica de entrenamiento, cuyo propósito es la enseñanza de habilidades, técnicas y conocimientos relacionados con tareas laborales.
En vez de proveer soluciones a problemáticas generadas, el coaching intenta generar respuestas a partir de los conocimientos y experiencia del coachee. Este punto encuentra una diferencia con la consultoría ya que, mediante ella, la empresa busca el conocimiento y experiencia especializada sobre una materia específica para ayudar a solucionar problemas puntuales.
El coaching centra su atención en el potencial del individuo para optimizar su desempeño laboral. En un punto de suma diferencia se ubica la orientación psicológica, la cual busca resolver problemas personales a partir de su origen con el objetivo de mejorar o preservar la salud mental de la persona.
Otra característica del coaching, la cual comparte con el mentoring, es apoyar el desarrollo de conocimientos y habilidades de los empleados, con la diferencia de que el primero se centra en el desempeño del individuo en su puesto concreto de trabajo, y el segundo, en la carrera laboral del empleado y su futuro éxito profesional y personal.
A continuación, se enlistan las características o principios básicos del coaching que permiten diferenciarlo de otras disciplinas:
El proceso de coaching en sí mismo implica muchas cosas; es un asesoramiento donde una persona conocida como coach tratará de ayudar y asesorar al coachee (el directivo) en la difícil tarea de saber hacia dónde se va, lo que se busca lograr y los medios a utilizar.
El proceso de coaching comienza cuando el directivo decide por sí mismo que necesita ayuda para el bien de su empresa y se dirige al coach, quien tras varias sesiones, podrá asesorarlo sobre el camino a seguir para lograr objetivos que previamente deberán fijarse.
El coaching ejecutivo es una práctica profesional relativamente joven que aún está formando su identidad. En esa búsqueda de identidad, quienes lo llevan a cabo analizan aún los alcances y límites de su profesión y descubren que existe un aspecto muy delicado de su trabajo: el cliente.
Realizar coaching en el lugar de trabajo implica transitar una línea muy delgada entre las necesidades y deseos de la persona y los resultados buscados por la organización. ¿El coach debe ayudar a la persona o a la organización?
Lejos de lo que muchos piensan, la tarea de un coach no es la de un terapeuta o psicólogo, aunque muchos lo sean de profesión. El coaching no es terapia (aunque a veces resuelve conflictos). Se trata de profesionales que ayudan a las personas a conocerse mejor y sacar lo máximo de sí mismas.
¿Por qué, entonces, una empresa invierte en coaching? ¿No pueden los empleados resolver sus problemas personales en su casa, en una iglesia, con su analista o en un curso de desarrollo personal? La justificación de esta inversión reside en la mejora del desempeño que se logra, la cual causa un impacto favorable en la empresa.
Uno de los principios del coaching valida este argumento: las personas se desempeñan mejor cuando actúan en armonía con sus auténticos deseos. Las compañías con mejor desempeño son las que apoyan el desarrollo de su personal y, como retorno de esta inversión, los empleados construyen un mejor lugar de trabajo.
Cada vez más compañías ven a las personas como su principal recurso y procuran capacitarlas para que trabajen de manera más efectiva; sin embargo, el coaching va más allá y agrega otros ingredientes a la iniciativa de desarrollo: la vida laboral de una persona es más efectiva si ésta pone en acción sus metas, sueños y valores, tanto en el trabajo como en el resto de su vida.
El aspecto más importante de la tarea del coach es aumentar la inteligencia, control y responsabilidad de una persona sobre su propia vida y liberar la expresión de sus talentos y fortalezas. El núcleo de este trabajo es que el cliente logre mayor consistencia e integridad entre su vida laboral y personal.
Cada persona está inmersa en dos contextos, laboral y extralaboral, determinados por un conjunto de relaciones particulares. Esta “doble dimensión” hace que muchas veces un coach se enfrente a una conflictiva duda: ¿está el carácter del empleado modelado por su lugar de trabajo o es el lugar de trabajo el que está modelado por el carácter del empleado? Precisamente la interacción entre el individuo y el sistema es la dinámica que el coach intenta mejorar.
La misión del coaching organizacional es justamente alinear la búsqueda personal de libertad individual, relaciones de calidad y propósitos significativos, con imperativos empresariales como el trabajo en equipo, misión compartida, creatividad y flexibilidad. A la pregunta “¿la persona o la organización?” el coach responde que ambas.
El proceso de coaching está centrado en el desempeño y proporciona herramientas para el logro de los tres propósitos designados para gerentes y supervisores. Consiste en cuatro fases:
El coach realiza muchas tareas: sugiere, establece dirección, dirige el proceso de coaching, etcétera; el coachee establece la temática o meta que se trabajará durante el proceso de coaching.
Por otro lado, el coach también da retroalimentación e indica las tareas que desarrollan las habilidades y ayudan a lograr el éxito. Esto último lo realiza al anticipar problemas y obstáculos que podrán enfrentar los subordinados y proveer los recursos necesarios. Esto significa que les ayuda a evitar el fracaso, así como a lograr el éxito. Al remover los obstáculos y distribuir los recursos internos del coachee, el coach promueve el éxito, lo cual evidentemente depende de las acciones de ambas partes.
Durante todo el proceso, el coach acompaña a la persona implicada con apoyo y estimulación para que encuentre sus propias soluciones, las que le resulten más eficaces. Se considera que cada persona es especialista de su propia vida; por lo tanto, el coach es un facilitador que proporciona las herramientas y recursos necesarios para encontrar las respuestas. El coaching tiene lugar en un contexto definido, ya sea de una tarea, habilidad, creencia, idea, pensamiento, rol o responsabilidad específica.
Actividad. Una nueva forma de trabajo
El coaching organizacional se enfoca en la mejora del desempeño en las empresas a partir del desarrollo del potencial de los trabajadores y su participación en la organización.
Autoevaluación. Principales conceptos, características y proceso de la administración
Has revisado las características de la administración, como parte de los conceptos básicos que utilizarás en tu práctica administrativa. Ahora es el momento de saber si has identificado dichas características. Para ello, deberás completar cada una de sus definiciones, con sus nombres correspondientes.