En este tema abordaremos la motivación como una habilidad directiva en las organizaciones. Éstas necesitan del factor humano para alcanzar sus objetivos, por lo que es necesario identificar qué es lo que mueve al personal para cumplir con las funciones o tareas encomendadas de forma eficiente.
Cuando el empleado está desmotivado su conducta cambia repercutiendo en la productividad. Aún se tiene el paradigma con respecto a que el incentivo monetario es la única forma de tener motivado a un empleado desmotivado; sin embargo, hay que tomar en cuenta que las personas se motivan de diferente forma y en distintos momentos; por ello, es importante identificar los tipos de motivación que existen y las diferentes teorías aplicables en el ámbito laboral, puntos que serán abordados más adelante.
Una de las bases importantes para lograr la eficiencia organizacional es que nuestros empleados estén motivados para conseguir la productividad y competitividad, que hoy en día es tan necesaria en las organizaciones para mantenerse en el mercado.
La palabra motivación se deriva del latín motivatum, que significa “lo que pone en movimiento”; es decir, aquello que provoca la acción.
El concepto de motivación es definido por diversos autores, con el fin de generar un término más amplio. En el siguiente fichero se señalan algunas acepciones. Haz clic en la pestaña de cada autor para conocer su definición.
Mauro Rodríguez (2011): “El conjunto de razones que explican los actos de un individuo”, o bien, “la explicación del motivo o motivos por los que se hace una cosa”.
Young (1961): “El proceso para despertar la acción, sostener la actividad en proceso y regular el patrón de actividad”.
Heberto Mahón (1991): “Incentivar o generar fuerzas internas para afrontar el desafío con energía suficiente”.
Aamodt (2010): “La fuerza que conduce a un empleado a tener un buen desempeño”.
Leavit (1964): “Es el comportamiento que está orientado hacia alguna meta y es causado por estímulos internos y externos”.
En síntesis, se considera que una motivación está constituida por todas aquellas fuerzas internas capaces de provocar, mantener y dirigir la conducta humana hacia un objetivo.
A veces se usa la palabra motivación de forma muy amplia para designar los intentos de una persona A, por hacer que otra persona B quiera o haga determinada cosa, pero esto en rigor es intento de motivación y puede llegar a ser manipulación si se hace de manera consciente. Se pueden cargar las baterías de alguien una y otra vez, pero si no se toca un “resorte” interno del sujeto que se desea motivar, entonces se dice que es una motivación extrínseca, porque está fuera de la voluntad del sujeto, y puede llegar a darse la manipulación, quizá chantaje, cohecho, pero no es motivación originada en el interior de la persona: motivación intrínseca.
Habrá motivación hasta cuando la persona B tenga su propio generador que le dé impulso.
Cuando las personas están intrínsecamente motivadas se desempeñan de forma adecuada, porque disfrutan las tareas encomendadas o disfrutan el hecho de completar con éxito la tarea.
Motivación intrínseca
Cuando se da la motivación extrínseca se dice que el motivador proviene de afuera del sujeto y su fin es recibir algún tipo de recompensa o evitar consecuencias negativas (Deci y Ryan, 1985, citados en Aamodt, 2010).
Motivación extrínseca
Todo trabajo obedece a un motivo, que es el motor afectivo o emocional que incita a la acción. Desde el comienzo del siglo XX los psicólogos prestaron cada vez mayor atención al aspecto emocional, más que al intelectual en el comportamiento del ser humano.
Si el factor intelectual mediante las percepciones, representaciones y razonamiento aporta un conocimiento del mundo exterior, el factor afectivo, por su parte, suministra un conocimiento de la vida interior con apetencias y deseos fusionados en íntima amalgama, que se conocen como motivaciones.
A continuación se detalla la dicotomía entre estos factores, que representa una diferencia entre lo que se conoce como incentivos y lo que se denomina motivaciones. Haz clic sobre cada uno de los recursos para conocer los factores.
Los incentivos (extrínsecos/externos) son los estímulos que están en las cosas materiales, en los salarios, en la atmósfera laboral, en la temperatura, en los instrumentos de trabajo y otras condiciones externas que hacen menos pesada la labor, porque provocan estados afectivos de signo positivo e influyen consecuentemente en el rendimiento.
Las motivaciones (intrínsecas/internas) tienen una raíz subjetiva, porque yacen en el fondo de la naturaleza del sujeto mismo y dependen de su constitución física y psíquica, de sus aptitudes y capacidades, de sus convicciones, así como de su actitud ante la vida y ante sus semejantes. Todos esos factores subjetivos influyen directamente sobre las reacciones recíprocas entre los individuos, ya sea entre los propios compañeros o entre estos y sus empleadores; del mismo modo, condicionan la armonía y la paz, y repercuten sobre el rendimiento del trabajo.
En el siguiente cuadro podrás observar las principales diferencias entre las influencias internas y externas que rigen su conducta.
Motivación | Incentivo |
Interna | Externa |
Permanente | Temporal |
Depende de mí | Depende de otros |
Abstracta | Concreta |
De alto nivel | De niveles básicos |
El hombre es un todo integrado; no existe un “hombre exterior” y un “hombre interior”; su personalidad es una unidad integral, pero su patrón de conducta es determinado por una mezcla compleja de fuerzas internas e influencias externas.
Se han desarrollado diversas teorías en motivación, basándose en criterios para evaluar las teorías. Robbins (1991, citado en Furnham, 2004) clasificó seis grupos principales de teorías de la motivación; algunas de ellas se aplican específicamente al ámbito del trabajo. En el siguiente fichero encontrarás las seis teorías de la motivación de Robbins. Haz clic sobre cada una de las pestañas para conocer las características de estas teorías.
De estas teorías de la motivación se puede seleccionar, dentro del ámbito laboral, el enfoque más conveniente a la situación que se presente en el trabajador, de tal suerte que sea acorde para escoger los incentivos o motivadores más convenientes para el individuo y para la organización, considerando la diversidad de la fuerza de trabajo con la que cuenta.
Actividad. Identificación entre motivación e incentivo
En una organización un empleado muestra cierto grado de indiferencia al realizar sus actividades; como su jefe, es importante identificar a qué se debe esta actitud, si es por falta de motivación o de algún incentivo. ¿Tú eres capaz de identificar qué elementos corresponden a la motivación y a los incentivos?
Autoevaluación. Relación entre tipos de grupos y equipos de trabajo
Existen diferentes tipos de grupos y equipos de trabajo en las organizaciones, que son los encargados de cumplir con los objetivos establecidos. Es importante que los puedas reconocer y diferenciar para determinar si se está trabajando en grupo o en equipo.