La estrongiloidosis es una infección parasitaria producida por el geohelminto Strongyloides stercoralis, que tiene al humano como uno de sus principales huéspedes, igualmente a perros y gatos, que actúan como reservorios. Se adquiere por contacto y penetración cutánea directa de las larvas presentes en el suelo.
Este tema es importante porque la estrongiloidosis en el humano produce cuadros cutáneos, pulmonares y gastrointestinales, con un pronóstico variable, ya que puede ser asintomática; aunada a inmunocompromiso, puede ser fatal.
En esta parasitosis, existen los mecanismos de autoinfección interna y externa; cuando ocurre esta infección en una persona con inmunocompromiso, se puede presentar hiperinfección.
Blueiridium. (2012). Strongyloides stercoralis [fotografía]. Tomada de https://bit.ly/3LfVVCV
La estrongiloidosis es considerada una enfermedad propia de climas tropicales y subtropicales; tiene como principales regiones endémicas en México los estados del sur y sureste.
En el mundo, se consideran zonas hiperendémicas aquellas situadas en los trópicos y el Caribe, con un estimado de 30-100 millones de personas infectadas en todo el mundo; es Perú el país con la mayor incidencia de casos, pues se relaciona con los hábitos insalubres de fecalismo al aire libre.
Es común en los campesinos, mineros y en aquellos trabajadores que están en contacto directo con tierra contaminada.
Una de las características del ciclo biológico de este helminto es que puede tener dos ciclos de vida: uno parasitario y otro de vida libre, por lo que es un organismo facultativo.
Al ser una geohelmintiasis, se requiere que las larvas estén en contacto con la tierra para que continúen su desarrollo; dicho ciclo tiene varias fases larvarias; la primera es la de larva rabditoide 1 o R1/L1, la cual es liberada al eclosionar el huevo larvado dentro del intestino delgado del huésped; posteriormente, tiene su primera muda, transformándose en L2 o R2, que son las principales fases diagnósticas, al ser eliminadas en la materia fecal; luego, dependiendo de las condiciones del suelo, habrá evolución hacia la larva filariforme o F3/L3, forma infectante para el ser humano; sigue el ciclo parasitario con evolución hacia L4 y, después, a hembra partenogenética, o bien, evolucionará a machos y hembras de vida libre.
Centers for Disease Control and Prevention. (2019). Ciclo biológico de Strongyloides stercoralis [animación]. Elaborada con base en https://www.cdc.gov/dpdx/Estrongiloidiasis/index.html
En las siguientes imágenes, se muestran las fases del parásito que aparece en el ciclo biológico:
A continuación, se describe a detalle cada uno de los pasos del ciclo biológico de Strongyloides stercoralis; como se vio en el esquema, existen dos ambientes dentro de este ciclo, uno que corresponde al ambiente interno del cuerpo humano, del cual mostraremos sus pasos a continuación:
La larva filariforme F3/L3 (fase infectante en el ser humano) se encuentra en la tierra contaminada con materia fecal; puede permanecer de tres a cinco días en el suelo y penetra de forma directa a través de la piel al nuevo huésped; esto lo logra usando movimientos activos y algunas enzimas que facilitan el proceso.
Paso 1
Una vez que ha ingresado al organismo del huésped, se dirige hacia los vasos venosos y linfáticos para poder viajar hacia el lado derecho del corazón y, de ahí, dirigirse a su siguiente destino: el pulmón.
Paso 2
Al llegar al pulmón, las larvas atraviesan los capilares alveolares para llegar a la luz de los mismos; realizan la siguiente muda para convertirse en larva filariforme 4 o F4/L4.
Paso 3
Posteriormente, por medio de movimientos activos sobre la mucosa de los alvéolos, las larvas ascienden por la superficie del árbol bronquial hasta la tráquea, después a la laringe, donde son deglutidas y, de esta forma, llegan al aparato digestivo.
Paso 4
En el sistema digestivo, las larvas L4 son transportadas tanto por movimientos activos de la propia larva como por peristálticos intestinales hasta alcanzar el intestino delgado, específicamente el duodeno y yeyuno, que son su hábitat definitivo.
Paso 5
En el duodeno y el yeyuno, las larvas L4 penetran la mucosa intestinal para madurar hacia hembras adultas (en esta fase, hay ausencia de machos), quienes por medio de partenogénesis mitótica producirán huevos y los depositarán en la mucosa intestinal.
Paso 6
Una vez que los huevos maduran, eclosionan y liberan las larvas L1, salen hacia la luz intestinal y empiezan a descender por el intestino. Ésta es la razón por la cual no se encuentran huevos en las muestras fecales.
Paso 7
Durante el descenso, las larvas L1 mudan y se convierten en L2; éstas son las que normalmente son expulsadas en la materia fecal.
Paso 8a
En algunas ocasiones, las larvas rabditoides se transforman de forma prematura a L3 dentro del tracto intestinal, penetrando de nuevo en la mucosa y dirigiéndose a los vasos venosos y linfáticos para iniciar una nueva migración hacia el pulmón-intestino y completar su crecimiento; esto se denomina autoinfección endógena o interna.
Paso 8b
Otra posibilidad es cuando, por mala higiene y contaminación de la piel perianal con restos fecales, las larvas L2 evolucionan a L3 en dicha zona y éstas penetran la piel de forma activa, iniciando un nuevo ciclo de migración y maduración; esto se denomina autoinfección externa o exógena.
Paso 8c
Las larvas L2 expulsadas en la materia fecal que entran en contacto con la tierra evolucionarán a L3, las cuales estarán a la espera de un nuevo hospedero para repetir de nuevo el ciclo parasitario o, si el medio térreo es propicio, las L2 evolucionarán hacia adultos diferenciados en hembras o machos (llamados adultos rabditoides), iniciando el ciclo de vida libre.
Paso 9
Como pudiste ver, el ciclo biológico de Strongyloides stercoralis está compuesto por dos momentos importantes: el primero es el ciclo interno, que corresponde a lo que ocurre cuando el parásito se desarrolla dentro del cuerpo humano; el segundo es cuando el parásito se encuentra fuera de éste.
Esta parte del ciclo corresponde al momento en que el parásito se encuentra fuera del huésped y está compuesta por los siguientes pasos:
Las larvas L2, al encontrar un medio térreo con adecuadas condiciones de humedad y nutrientes, se diferenciarán hacia adultos machos y hembras (adultos rabditoides), los cuales copularán; la hembra fertilizada liberará huevos al medio ambiente, los cuales darán origen a larvas rabditoides.
Strongyloides stercoralis puede completar su ciclo biológico como parásito dentro de un huésped o en vida libre, si las condiciones de ésta son adecuadas.
Paso 1
Las larvas rabditoides evolucionarán de nuevo hacia adultos diferenciados, continuando el ciclo de vida libre.
Paso 2a
Dependiendo de las condiciones, las larvas L2 pueden evolucionar a L3, las cuales estarán destinadas a iniciar un ciclo parasitario, si encuentran un hospedero.
Paso 2b
Ahora que ya identificaste los pasos del ciclo dentro de los seres humanos, es momento de que reconozcas los pasos que conforman el ciclo de vida libre.
La estrongiloidosis es una enfermedad que generalmente cursa asintomática y que, dependiendo del estado inmunológico del paciente, puede evolucionar a una forma grave o hiperinfección; presenta eosinofilia y puede acompañarse de manifestaciones clínicas cutáneas, respiratorias e intestinales.
Las cutáneas indican el inicio de la infección; se manifiestan como pápulas, eritema y edema en el sitio de entrada.
En algunos casos, se puede manifestar como un cuadro de larva currens, con lesiones de tipo serpiginosas en la piel, que se diferencian del cuadro de larva migrans porque es de avance rápido (5-10 cm/h) y resolución rápida (de uno a dos días); de estar presente, es muy característico de esta infección.
(s. a.) (s. f.). Larva cutánea migratoria y Larva currens [ilustraciones]. Basadas en Campillo, R., Alonso, D., Bendito, B., Alonso, J., García, J. V. y Arnáiz-García, M. E. (2016). “Larva cutánea migratoria. Caso clínico” y González, F., Mellado, M. J., Angulo, R., García, M., Villota, J. y Subirats, M. (2010). “Larva currens como diagnóstico diferencial de lesiones cutáneas en niños inmigrantes”.
Tras la migración por el aparato respiratorio, se puede hacer evidente un cuadro pulmonar inespecífico leve, asmatiforme o una neumonitis eosinofílica (síndrome de Löffler); en los casos, severos puede presentarse una bronconeumonía grave.
Una vez que las larvas se han pasado por el aparato respiratorio, se puede instaurar un cuadro intestinal inespecífico, con malestar estomacal, diarrea, náusea y vómito o similar al de una úlcera péptica.
La capacidad que tiene Strongyloides stercoralis de producir autoinfección puede inducir a la infección crónica en personas con predisposición e, incluso, a hiperinfección, con invasión de casi cualquier órgano, principalmente en individuos con algún tipo de inmunocompromiso.
Patogenia: La patogenia es de tipo traumático, enzimático y expoliatriz.
Patología: Es de tipo inflamatoria, con microhemorragias e infiltrado eosinofílico
Diagnóstico de laboratorio: Se recomienda realizar estudios coproparasitoscópicos (CPS) directos o de concentración.
Tratamiento: Ivermectina.
Prevención: Evitar el fecalismo al aire libre y usar calzado cerrado en zonas endémicas.
El ciclo biológico es la base para deducir el cuadro clínico que presenta un paciente y, después, emitir un diagnóstico y proporcionar tratamiento.
Fuentes de información
Bibliografía
Becerril, M. A. (2019). Parasitología médica (5.a ed.). McGraw-Hill Interamericana.
Romero, R. (2018). Microbiología y parasitología humana. Bases etiológicas de las enfermedades infecciosas y parasitarias (4.a ed.). Médica Panamericana.
Tay, J., Velasco, O., Lara, R. y Gutiérrez, M., (2010). Parasitología médica de Tay (8.a ed.). Méndez Editores.
Documentos electrónicos
Campillo, R., Alonso, D., Bendito, B., Alonso, J., García, J. V. y Arnáiz-García, M. E. (2016, julio-diciembre). Larva cutánea migratoria. Caso clínico. Revista Española de Podología, 27(2), 82–85. https://doi.org/10.1016/j.repod.2016.06.001
Centers for Disease Control and Prevention. (2019, 30 de julio). Strongyloidiasis. https://www.cdc.gov/dpdx/strongyloidiasis/index.html
González, F., Mellado, M. J., Angulo, R., García, M., Villota, J. y Subirats, M. (2010, agosto). Larva currens como diagnóstico diferencial de lesiones cutáneas en niños inmigrantes. Anales de Pediatría, 73 (2), 102-104. https://doi.org/10.1016/j.anpedi.2010.05.005
González-Horna, P. J. e Iglesias-Osores, S. A. (2018). Morfología de Strongyloides stercoralis. Revista del Cuerpo Médico del Hospital Nacional Almanzor Aguinaga Asenjo, 10(3), 169-170. https://doi.org/10.35434/rcmhnaaa.2017.103.11
Imagen de portada
Candil, A. E. (s. f.). Larva rabditiforme [fotografía]. Tomada de stock.
Cómo citar
García, Y., Candil, A. E., Bravo, E. y Cadena, J. C. (2022). Ciclo Biológico de Strongyloides stercoralis. Unidades de Apoyo para el Aprendizaje. CUAIEED/Facultad de Medicina-UNAM. (Vínculo)