La persona no es un algo o una naturaleza orgánica, sino que es alguien, un ser con facultades superiores como la inteligencia y la voluntad, y que actúa conforme a ellas. El “actuar como persona” supone manifestarse como un ser libre, consciente, con objetivos buenos que lleven a la trascendencia.
Esta unidad aborda los elementos estructurales de la acción humana para que cada decisión y acción eleve a cada persona a un nivel de perfección y valía humana superior. La toma de decisiones seguras en el ámbito profesional es algo que nadie puede cuestionar; anualmente, ocurren miles de errores que generan costos emocionales y profesionales, incapacidades permanentes o temporales, gastos innecesarios, pérdida de tiempo personal y profesional, etcétera.
Actualmente, el grado de destreza profesional que se requiere es muy alto, y las consecuencias potenciales de no tenerlo son graves. Por ello, es importante entender y tomar buenas decisiones.
(s. a.) (s. f.). Doctor pensando [fotografía]. Tomada de https://bit.ly/3uBIOp8
Para comprender el actuar humano, es importante abordar el término acto, así como sus tipos.
El acto es poner en realidad, acción o movimiento algo al momento presente (energeia, entelequia); es la realidad propia del ser y su principio. Se dice que un ser está “en acto” cuando posee su propia perfección respecto a lo que está “en potencia”.
Dicho de manera más simple, el acto remite a lo que una sustancia es ahora, por oposición a lo que puede ser en el futuro, a su capacidad de ser. Por ejemplo, un niño es un niño “en acto”, pero es un hombre “en potencia”; es decir, es un niño, pero puede llegar a ser hombre si se dan las condiciones adecuadas para que se desarrolle su naturaleza. Una semilla es semilla “en acto”, pero puede llegar a ser un árbol. Las cosas existentes en el mundo tienen posibilidades de cambiar, de transformarse.
Por otra parte, existen dos tipos de actos en el actuar de una persona:
Son aquéllos no propios de la voluntad y la inteligencia. Se encuentran en la vida vegetativa y animal. Algunos ejemplos son la digestión, la respiración y la vista.
(s. a.) (s. f.). Inhalación, exhalación y respiración [ilustración]. Tomada de https://bit.ly/3tZPEVs
Son objeto de estudio de la ética, y tienen las siguientes características:
(s. a.) (s. f.). Mujer corriendo en carrera [ilustración]. Tomada de https://bit.ly/3i9RMqV
Previamente conociste las características de los actos humanos, cuya principal característica es que son una acción voluntaria que normalmente sigue un proceso, el cual permite decidir adecuadamente y con orientación hacia el bien. A continuación, conocerás en qué consiste dicho proceso.
En diversas ocasiones a lo largo de su vida, el ser humano busca tomar las decisiones correctas. No obstante, con frecuencia cae en errores que pueden obedecer a los siguientes factores:
Pero… ¿Cómo lograr actuar bien?
La voluntad sólo puede elegir cuando ha conocido algo previamente; por lo tanto, hay un anterior uso de la inteligencia. Son dos facultades relacionadas entre sí, de modo que la voluntad quiere algo después de que la inteligencia le ha presentado pros y contras de una decisión y, a su vez, la inteligencia conoce y entiende el momento en que la voluntad quiere algo. Es un proceso circular.
Ciclo de los actos humanos o voluntarios
Para llevar a cabo un acto voluntario (elección), existen ciertos pasos a seguir, los cuales garantizan este proceso y aseguran que la decisión está bien tomada:
Pasos del acto voluntario
Como habrás notado, las características de los actos humanos son comportamientos o acciones donde intervienen la inteligencia y la voluntad. Comúnmente, se les conoce como actos humanos o voluntarios, los cuales se pueden clasificar de la siguiente forma:
Clasificación de los actos de la persona
Este tipo de acto va en contra de la moral. Por ello, se puede entender que el individuo que lo comete, aun cuando sabe lo que es bueno, decide desobedecer los valores, normas universales o leyes específicas necesarias tanto para el bien individual como para el colectivo. Esto es mal visto por la sociedad; por ejemplo, se considera malo tomar bienes ajenos sin el consentimiento del dueño. Por ello, robar es considerado un acto inmoral.
(s. a.) (s. f.). Ilustración del concepto de ladrón [ilustración]. Tomada de https://bit.ly/3XzoKkS
Un acto amoral no debe confundirse con uno inmoral. En éste, la moral es intrascendente, ya que se carece de ella; es donde la moral no influye y, por lo tanto, no puede definirse algo como bueno o malo. Los actos amorales no llevan conciencia en sí; son propios de los actos del hombre, o de enfermedad.
Un acto amoral se puede entender de la siguiente manera:
Lo ejecuta una persona que no sabe lo que es bueno o malo; por ejemplo, los niños pequeños y personas con algunas enfermedades mentales.
Keating, I. D. (s. f.). Bebé leyendo [fotografía]. Tomada de https://pxhere.com/es/photo/272549
Ahora bien, para que ocurra un acto moral, se requieren dos condiciones:
Freepik. (s.f). Persona mayor [ilustración]. Tomada dehttps://bit.ly/3Yt4UYq y Macrovector. (s.f.). Objetos [ilustración]. Tomada de https://bit.ly/3RXNeSi
Toma nota…
El acto humano moral no sólo consiste en que la persona que lo realiza se dé cuenta y sea consciente de lo que está haciendo o a punto de hacer; lo más importante será tener en cuenta y conocer la relación de ese acto con la ética; es decir, la manera en que ésta, a través de sus proposiciones, finalmente lo juzgará como bueno o malo.
Para sintetizar, una persona amoral actúa sin conocer la moral y, por lo tanto, no sabe si obra mal o bien, mientras que una persona inmoral contraviene las normas de la moral; sabe (inteligencia) y quiere (voluntad) actuar de esa forma.
Ésta es una condición importante para que un acto moral ocurra.
La libertad es una característica de la voluntad que permite a la persona dirigir su conducta hacia los fines que ella misma se ha propuesto, sin ser coaccionada por ninguna fuerza externa o interna; es fundamentalmente una facultad interna al propio hombre, resultado de la suma de poner en práctica la inteligencia y la voluntad, ya que es una propiedad de los actos humanos.
La conducta humana goza una mayor indeterminación y libertad de movimientos que la de los animales, ya que el ser humano no sólo se da para sí mismo la ejecución de sus movimientos y la forma en que los realiza. Además, señala de un modo voluntario y libre el fin de sus acciones, sin someterse necesariamente a estímulos externos ni a instintos o tendencias internas. El ser humano se enfrenta al medio ambiente de un modo no sólo adaptativo, sino creativo, y le impone su propio proyecto vital. De esta manera, se dan tres niveles o grados de libertad: fundamental, de arbitrio y moral. Y éstos corresponden a los tres niveles de la personalidad: el fondo animal o inconsciente, el “yo” consciente y el “sí mismo” reflexivo.
A continuación, conocerás más sobre estos niveles.
Es la capacidad de hacer o no hacer una determinada acción. Se trata de un nivel mínimo de libertad que muestra la manera en que la persona está indeterminada en el ejercicio de sus funciones básicas; tiene la libertad de hacerlas o no. Este nivel de libertad se manifiesta de las siguientes formas:
Universidad de Navarra (2013). Sentir, pensar, decir, hacer [fotografía]. Tomada de https://www.flickr.com/photos/unav/17421289872
Es la libertad de elegir entre varias opciones posibles y decir la conducta que se realizará. La libertad de elección presupone un conocimiento y deliberación de lo que se hará, aunque no siempre se haga, de un modo totalmente reflexivo. Este nivel de libertad se manifiesta de las siguientes formas:
Della Faille, D. (2015). Chiapas-distrito 3. Voto libre [fotografía]. Tomada de https://www.flickr.com/photos/dimitridf/18002679994/
Neumann, J. (2019). Comprar casa. Casa en alquiler [fotografía]. Tomada de https://pixabay.com/es/photos/construir-una-casa-comprar-casa-4503738/
Es la libertad de elegir, de entre todas las opciones posibles, la mejor; su ejercicio exige reflexionar plenamente sobre la conducta propia. Se trata de un nivel de ejercicio de la libertad que corresponde al “sí mismo personal”, el núcleo más íntimo de la subjetividad. La meta de la libertad moral es conseguir un completo autodominio de los actos humanos, sin dejarse llevar por motivos inconscientes o no queridos libremente.
(s. a.) (s. f.). Coaching de vida, autodesarrollo, camino, elección de dirección, toma de decisiones, actividad de resolución de problemas, mejor decisión [ilustración]. Tomada de https://bit.ly/3gBg0tJ
Mediante la libertad moral, se consigue mayor perfección personal como resultado de la elección del propio proyecto vital, uno mejor que opte por el bien de un modo libre. Este nivel de libertad se manifiesta de las siguientes formas:
Como habrás notado, la libertad humana tiene diferentes características y está ligada a los actos de voluntad; sin embargo, existen argumentos a favor y en contra, así como ciertas limitaciones.
El determinismo es aquella doctrina filosófica que niega la existencia de la libertad. Para el determinismo, no existen las conductas libres descritas, al considerar que la persona está determinada en su actuación por factores externos e internos (Junta de Andalucía, s. f.).
Existen diferentes tipos de determinismo:
Frente a los determinismos que niegan la existencia de la libertad humana, hay varios argumentos a favor. Es cierto que la persona no goza una libertad infinita, pero tampoco está sometida a un determinismo absoluto. Entre ambos extremos, existe un gran número de posibilidades intermedias entre las cuales se encuentran los distintos niveles de la libertad humana. A continuación, revisarás algunos de estos argumentos.
Niega la existencia de la libertad fundamental y la capacidad de hacer o no una acción humana; las pruebas a favor de la libertad frente a este determinismo se encuentran en el testimonio universal de todos los pueblos sobre la naturaleza libre del trabajo y la vida cultural, social y política. La vida humana no está regida por el destino o por el excedente de energía psíquica. La conciencia universal comprueba la existencia de una libertad fundamental en los siguientes hechos de la experiencia:
Atlas Company(s. f.). Concepto de derechos humanos [ilustración]. Tomada de https://bit.ly/3Hlcu1D
Afirma que la persona se deja llevar por motivos ocultos que pasan desapercibidos por la conciencia. Frente a este determinismo, está la prueba psicológica a favor de la libertad, la cual sentencia que la libertad de arbitrio es un hecho que se manifiesta mediante una multitud de actos de la conducta humana, tanto de un modo directo como indirecto. En el primero de éstos, la libertad de arbitrio se puede manifestar en las siguientes actitudes:
Indecisión
Si realmente la persona estuviese determinada en su actuación por motivos ocultos, todas estas manifestaciones de la conducta libre humana serían ficticias, y la deliberación constituiría un esfuerzo inútil; se debería renunciar a la libertad, al comportarse de un modo irreflexivo e irresponsable.
De un modo indirecto, la libertad de arbitrio se manifiesta en la realización de conductas individuales y sociales totalmente desinteresadas:
Bojórquez, C. (2006). Un día sin migrantes (Tijuana, B. C., México) [fotografía]. Tomada de https://www.flickr.com/photos/uncut/138596879/
Aunque no se trata de actitudes frecuentes y habituales, en ellas se manifiesta indirectamente la existencia de la libertad. Se puede justificar la existencia de estas acciones libres mediante mecanismos psicológicos de defensa, como las sublimaciones, las represiones, etcétera. Sin embargo, esto supone negar la existencia de la conducta moral y la capacidad de realizar acciones desinteresadas.
Afirma que no existe libertad moral, ya que los fines que parecen mejores se encuentran determinados por los intereses económicos de clases y la presión social. Frente a este determinismo, está la prueba metafísica de la libertad que afirma que la persona, ante todos los bienes que se le pueden mostrar, tiene la libertad de arbitrio, y que no hay ninguno que se le presente necesariamente como el absolutamente mejor hasta el punto de que determine su modo de actuar. La prueba consiste en los siguientes pasos:
Bien universal
Pero el hecho de que exista la libertad no supone afirmar que la libertad humana sea infinita o incondicionada. El propio análisis de la conducta libre pone de manifiesto algunas limitaciones.
Limitaciones relacionadas con la libertad fundamental
La libertad no es absoluta, pues la propia libertad es dada y no es posible elegir entre ser libre o no; además, no es infinita, ya que la persona no se la crea, como afirma el existencialismo. Su proyecto vital tiene límites claros y no puede pretender realizar, como propugna Sartre, “el deseo de ser dios”.
El individuo no tiene la libertad de elegir el fin último de los actos humanos. A través de todas sus acciones, siempre quiere una misma meta: la felicidad. No tiene la libertad de querer otra meta distinta como fin último. Incluso aquellas acciones que pueden parecerle más difíciles o dolorosas, pero que elige libremente, las quiere por una razón de felicidad oculta detrás de ellas.
Limitaciones relacionadas con la libertad de arbitrio
El individuo sólo tiene libertad para elegir los medios que lo llevarán al fin último; se quiere necesariamente un medio, pero libremente. De cualquier manera, no siempre es factible utilizar todos los medios, y esto siempre condiciona la libertad humana.
Limitaciones relacionadas con la libertad moral
Es una libertad comprometida e histórica, en el sentido de que debe tener en cuenta las decisiones anteriores de la libertad propia y ajena; se debe también respetar la libertad de los demás.
Por último, la libertad humana es interesada e imperfecta, ya que no siempre se puede garantizar el desinterés de las elecciones. En muchas ocasiones, la persona se mueve por motivaciones no reconocidas, que determinan su libertad.
En conclusión, la persona desarrolla una conducta libre, pero condicionada. En este sentido, las posibilidades de realización de la libertad no están determinadas, sino que dependen del ejercicio de la propia libertad. En la siguiente tabla, podrás encontrar los tipos de libertades y las características representativas de cada una:
Tipos de libertades
Los actos humanos son libres, y por lo mismo, existen tres tipos de consecuencias que se derivan de ellos: responsabilidad, mérito y autonomía.
Es la capacidad que tiene la persona de ser libre para asumir los actos que realiza y las consecuencias que de éstos se derivan. La responsabilidad sólo se puede adjudicar a los actos voluntarios.
La responsabilidad exige siempre una autoridad ante la cual las personas deben responder por sus actos. El individuo puede tenerla ante sí mismo, ante los demás o ante un ser o creencia superior.
La conciencia reprocha a la persona las acciones mal hechas y aprueba las buenas. Es importante educar y formar una buena conciencia para tomar “el camino correcto”.
Esto sucede cuando la persona responde a una autoridad humana; puede darse en dos planos distintos:
Presupone un conocimiento y admisión de una ley moral como reflejo de una superior o divina.
(s. a.) (s. f.). Concepto abstracto de responsabilidad [ilustración]. Tomada de https://www.freepik.es/vector-gratis/concepto-abstracto-responsabilidad_12084807.htm#query=responsabilidad&position=10&from_view=search
De manera cotidiana, las personas enfrentan situaciones de las cuales se hallan convencidas que no les corresponden. Y esto les lleva a externar expresiones como “pero eso no es justo”, “yo no soy el culpable”.
Es posible que cierta persona no sea responsable de haber detonado el problema, pero sí lo es de enfrentarlo. Más allá de quién lo causó, el hecho es que se encuentra ante una situación que le parece insatisfactoria.
Ante ello, tiene dos opciones: seguir lamentándose y culpar a otras personas, o hacerse responsable y actuar para mejorar la situación. Sin importar lo que haga, será la persona quien deba vivir con las consecuencias.
Conciencia y capacidad de respuesta son la esencia de la responsabilidad.
Lo anterior quiere decir que, independientemente de las circunstancias, la persona puede prestar atención,darse cuenta y elegir cómo responder (recuerda que la capacidad de elegir viene de la dignidad del ser humano; cada persona es libre y capaz para decidir cómo responder a la situación en que se encuentra. En esa respuesta, cada persona puede manifestar sus principios y valores de forma incondicional).
Factores de elección responsable
La “respons-(h)abilidad” es la habilidad para responder ante una situación.
Toda acción tiene un doble objetivo:
Por lo tanto, ante una situación a enfrentar, la esencia de la responsabilidad se encuentra en elegir, de forma incondicional, el comportamiento, en sintonía con los valores y la conciencia, aun cuando no se puedan determinar totalmente los resultados deseados. Existen tres niveles de responsabilidad:
Niveles de responsabilidad representados como un ciclo
Es la recompensa a la que tiene derecho un sujeto por la realización de un acto moral imputable a su persona. Para que sea imputable, es necesario haberlo realizado con responsabilidad y que éste cumpla con las condiciones de todo hecho moral. El demérito es la disminución del mérito por haber realizado una acción mala imputable.
Por definición, el comportamiento siempre es voluntario. El bienestar o malestar es consecuencia de las elecciones que una persona hace. Cuando entiende cómo se siente, es una señal ineludible de su comportamiento que indicará si el comportamiento elegido es eficaz o no.
Existen tres posibilidades para que una persona “se sienta mejor”:
Las personas aborrecen y tratan de evitar que se les despersonalice; que se les trate como una “cosa”; que se les controle y manipule; que no se les respete ni se les aprecie; que se les ordene; que se les domine; que se les fuerce, empuje y explote; que otras personas las determinen; que no se les tome en cuenta o en serio; que se les engañe; sentirse o que se les haga sentir incapaces o descartables.
Por el contrario, lo que ansían es ser tratadas como personas, ni más ni menos; desean poseer autodeterminación, tener control sobre su destino, poder planificar y llevar a cabo sus planes, triunfar, asumir responsabilidad, tomar sus propias decisiones con autonomía e iniciativa y que los demás reconozcan sus capacidades.
La autonomía es el resultado de la excelencia personal más la responsabilidad.
Cuando las personas sienten que tienen control sobre sí mismas y su vida, se dice que poseen un control interno. En el lado opuesto, hay quienes ven y sienten que el mundo los controla; en esta situación, el control es externo.
El control interno (CI) se refiere a la creencia de que las consecuencias de los actos están directamente relacionadas con las decisiones; por lo tanto, uno es capaz de moldear su destino. En contraparte, el control externo (CE) generalmente implica que los resultados y consecuencias ocurren independientemente de lo que uno piense, diga o haga, de modo que el futuro está más determinado por el azar y la suerte que por la intervención personal.
Kjpargeter. (s.f.). Siluetas [ilustración]. Tomada de https://bit.ly/3E6WJJ0
Somos lo que hacemos repetidamente; por lo tanto, la excelencia no es una acción, es un hábito.
Aristóteles
Los hábitos constituyen la “segunda naturaleza” del ser humano, al predisponerlo a su manera de actuar, sea buena o mala. De esta manera, la “fuerza del hábito” representa su modo de vida: un sistema de creencias, expectativas y valores, y una forma de trabajar y relacionarse personal y propia. Aunque cada individuo es un sistema humano complejo, todas las personas buscan siempre ser lo mejor posible. La realización de los actos humanos, buenos o malos, forja el carácter o forma de ser adquirida libremente por una persona.
Se llama hábito a la disposición permanente de obrar de una determinada manera, como consecuencia de la repetición de una serie de actos (Aristóteles, 1985).
No obstante, el asunto resulta más complejo. Estas cualidades pueden formar mejores (buenas o virtuosas) o peores (viciosas) personas. En este punto, el tema de los hábitos cobra relevancia en la vida: tanto el vicio como la virtud son consecuencia de las decisiones libres, con la diferencia de que la virtud se orienta a valores auténticos, y el vicio, a valores ficticios o antivalores.
Por lo anterior, es posible decir que la auténtica libertad no es la capacidad de elegir entre el mal y el bien, sino elegir el mejor bien entre varios posibles.
(s. a.) (s. f.). Ilustración del concepto de hábito saludable [ilustración]. Tomada de https://bit.ly/3iQ7dF3
(s. a.) (s. f.). Ilustración del concepto de tardanza [ilustración]. Tomada de https://bit.ly/3PeVBHK
Toma nota…
Actuar humano
Como puedes ver, el actuar de la persona humana se manifiesta en conductas o acciones: algunas son elementales, involuntarias y propias de la vida vegetativa y animal, como la respiración o la digestión. Otras son las acciones o conductas donde interviene la inteligencia y la voluntad, como querer, estudiar, correr o saltar.
Es importante establecer la distinción entre cada una de ellas, y reforzar que son los actos humanos (actos inteligentes y voluntarios) el objeto de estudio de la ética como disciplina académica. Ésta decreta los principios generales para juzgarlos como buenos o malos, los cuales ayudan a tomar buenas decisiones.
Como habrás notado, tanto los actos del hombre como los actos humanos son realizados por la persona; sin embargo, provienen de facultades específicas y de su misma naturaleza biológica. A pesar de esto, cada acción humana tiene rasgos particulares que permiten distinguir a una de otra.
Para hacer buenas elecciones y tomar decisiones correctas, debes comprender y practicar un orden en el actuar derivado de la misma naturaleza de tus facultades. Seguir este camino te permitirá construir una sucesión de aciertos y evitar una cadena de errores.
Fuentes de información
Bibliografía
Aristóteles. (1985). Ética nicomáquea (J. Pallí, trad.). Porrúa.
Frankl, V. (2016). El hombre en busca de sentido (3.a ed.). Herder.
García, J. Á. (2019). Antropología filosófica (7.a ed.). Ediciones Universidad de Navarra.
Gutiérrez, R. (1994). Introducción a la ética (27.a ed.). Esfinge.
Münch, L. (2009). Ética y valores. Trillas.
Savater, F. (2003). Ética para Amador. Alfaguara.
Sitios electrónicos
Junta de Andalucía. (s. f.). Sección: El determinismo. http://agrega.juntadeandalucia.es/repositorio/20122016/94/es-an_2016122012_9105225/21_el_determinismo.html
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Cómo citar
Collado, N. (2023). El Actuar de la Persona Humana. Unidades de Apoyo para el Aprendizaje. CUAIEED/Facultad de Medicina-UNAM. (Vínculo)
