Pedagogías críticas y feministas: alternativas para la construcción y ejercicio de ciudadanías juveniles

Unidad de Apoyo para el Aprendizaje

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Introducción

Y si la juventud simboliza no es por la tramposa operación del mercado sino porque ella condensa, en sus desasosiegos y desdichas tanto como en sus sueños de libertad, o en sus complicidades cognitivas y expresivas con la lengua de las tecnologías, claves de la mutación cultural que atraviesa nuestro mundo.

Jesús Martín Barbero

La ciudadanía juvenil es hoy, en nuestro país, un proceso en construcción profundamente heterogéneo. Se encuentra pautada por su origen social, raza, nivel de escolaridad, género, lugar de residencia, al tiempo que requiere del reconocimiento de las juventudes para observarse como sujetos de derecho.

Constituirse en sujetos con derechos pasa por mirarse a sí mismos con la posibilidad de participar e incidir en la vida pública; en considerarse con el derecho a ser incluidos en las decisiones públicas y privadas, que sus voces, experiencias y propuestas sean respetadas en la vida institucional; sus deseos e ilusiones hagan posible tejer un mundo de esperanza, por lo que la ciudadanía juvenil requiere, entre otras cosas, información, conocimiento y ejercicio de derechos.

Desde el campo pedagógico (crítico y feminista) se ofrecen perspectivas que hacen posible suscitar procesos educativos que potencien el pensamiento crítico y emancipatorio juvenil, y es justo el propósito de esta unidad de aprendizaje: distinguir los nudos de la tensión juvenil en la interacción con los adultos; señalar los diques que dificultan la construcción ciudadana, la pobreza y desigualdad social y destacar la capacidad de agencia juvenil para transformar la cultura de la obediencia en un acto de rebeldía, en el que los derroteros se construyan para que las juventudes hagan suyo el ejercicio de la ciudadanía como un derecho; participación libre y en condiciones de igualdad en el acceso al trabajo, educación y vida pública.

Destacar los aportes de las pedagogías críticas y feministas, a partir de su consideración en los procesos de formación juveniles, para la construcción y ejercicio de la ciudadanía.

Pedagogías críticas

Comencemos revisando algunos supuestos acerca de la educación, de los cuales partiremos para el estudio de este tema.

Así, tenemos que…

Las pedagogías críticas son una respuesta a la educación bancaria que domina en la sociedad, aquélla que observa al educando como un recipiente al que hay que llenar de datos e información que será repetida memorísticamente; en contraste, las pedagogías críticas conciben a los educandos como seres con capacidades que les permiten comprender, explicar y cuestionar su realidad social. Desde esta visión pedagógica, la producción de conocimientos parte de aprendizajes significativos que validan continuamente las experiencias de la vida cotidiana de las personas, lo que significa, en el sentido freireano, praxis educativa crítica (Freire, 1976).

Ilustración de una joven que habla a través de megáfonos, apoyando las protestas

Las pedagogías críticas descansan en el sentido de la eliminación cultural y política de opresiones; se basan en una perspectiva histórica, en el reconocimiento de las distintas subjetividades, el ejercicio de la autonomía, la ruptura de mandatos y, principalmente, el ser para decidir, pensarse desde las utopías y accionar reflexivamente en los procesos de transformación, lo que significa albergar a la pedagogía de la esperanza como un recurso político que dé sentido a la vida de las personas.

Pedagogías críticas y pedagogías feministas; una mirada educativa

Las pedagogías críticas y feministas apelan a procesos de enseñanza-aprendizaje horizontales que buscan promover las relaciones interculturales desde el trabajo colaborativo que acompaña el diálogo basado en el reconocimiento a la diversidad de posturas y percepciones, ya que la valoración de la racionalidad de la otredad fortalece la discusión para reflexionar colectivamente sobre las múltiples formas de opresión que atañen a las personas con identidades y territorialidades diferentes.

La praxis de una pedagogía crítica necesariamente se enlaza con los feminismos para cuestionar y desestabilizar todas las relaciones de poder asimétricas que se han naturalizado durante nuestra socialización y educación. Sentipensar la educación como una vía transformadora para crear un mundo basado en la igualdad de derechos, se cimienta en la esperanza, en la utopía como una guía con rutas bien definidas para accionar, resistir y liberarse de las cadenas opresoras provenientes de sistemas de dominación, como el patriarcado, clasismo, racismo, capitalismo, adultocentrismo, entre otras.

En una manifestación, cinco mujeres jóvenes sostienen pancarta que dice: La lucha será feminista o no será
Gaelx. (2009). La lucha será feminista o no será [fotografía]. Tomada de https://flic.kr/p/66Qp2C

Los puntos de encuentro entre las pedagogías críticas y feministas se concentran en...

a)

Expresiones y acciones de resistencia frente a las violencias que se ocultan en las relaciones de poder desiguales.

b)

Escucha a los grupos subordinados para desarrollar propuestas inclusivas, aunadas a la visibilidad de la diversidad de realidades y condiciones de opresión.

c)

Búsqueda por la recuperación de la memoria histórica y colectiva.

d)

Permanencia de procesos de sensibilización que transitan a la concientización, al vislumbrar la agencialidad de los sujetos para ser los propios creadores de su destino sin la limitación de derechos.

De tal forma, las pedagogías feministas tienen como pilares:

La formación de una conciencia crítica y de género


Implica procesos de sensibilización sobre ambientes hostiles que atañen principalmente a las mujeres, lo que conlleva a la desnaturalización de hábitos y costumbres que las subyugan a la dedicación incondicional, al cuidado y atención prolongada de los demás; largas jornadas de trabajo, desgaste y esfuerzo cotidiano que no permiten conocerse a sí, ser de sí y para sí mismas.

El fomento de una conciencia de derechos y responsabilidades


Ya que, si las personas no se asumen como sujetos de derechos, no podrán ejercerlos con plenitud o apelar a ellos para su defensa, lo que hace indispensable educar para el liderazgo y protagonismo social, que decante en la valía de la propia voz y vivencia, el autocuidado y el cuidado colectivo centrado en el principio de dignidad humana.

Pilares


La autonomía de las personas


Partir con las personas, priorizando el desarrollo de su autonomía y de sus aprendizajes desde sus propias experiencias personales, mediante herramientas de autocrítica para la no reproducción y no interiorización de mandatos que controlan sus cuerpos, mentes y formas de interacción social al servicio de las ideologías e intereses de las clases dominantes.

Revisemos algunas posturas de autoras que abordan las pedagogías feministas.

Luz Maceira

Luz Maceira

La pedagogía feminista es una pedagogía para soñar y realizar pequeñas y grandes revoluciones, que empieza con el ejercicio de pequeñas rebeldías y pretende hacer cambios radicales amplios.

Las pedagogías feministas también retoman las corporeidades e historias de vida de las personas; contemplan sus sentires de dolor, disfrute, preocupación, rabia y, sobre todo, recuperan aspectos que les incentivan a seguir tejiendo sueños personales y colectivos para potenciar su capacidad de agenciamiento y lograr modificar su condición de subordinación (Maceira, 2008). Así, el producto de los aprendizajes es la transgresión a las normas establecidas por las élites, a través del análisis crítico de una sociedad y cultura que obstaculiza el derecho a tener vidas libres de violencias (hooks, 2021).


Irene Martínez

Irene Martínez

De acuerdo con Irene Martínez (2016), la construcción de ciudadanías críticas y participativas desde las pedagogías feministas se basa en la oposición ante valores, actitudes y comportamientos opresivos, como acto de autorrevelación que altera las condiciones desfavorables que viven los sujetos subordinados y posibilita gestar formas de relacionarse paritariamente, a partir de la manifestación de necesidades particularizadas y la generación de cambios simbólicos a nivel estructural, que se concretan en sociedades democráticas, justas e igualitarias.

Siguiendo a Martínez, la interseccionalidad funge como clave en las pedagogías feministas, al ser una herramienta de análisis sobre el simultáneo entrecruce de opresiones que atraviesan las vidas y cuerpos de los sujetos, por lo que, al asumir una postura postcolonial, se reconocen las narrativas y epistemologías de los grupos subalternos que han sido borrados históricamente por el eurocentrismo y los discursos occidentalistas.

En este sentido, se configura la práctica pedagógica, al situarse en los desafíos y problemáticas que enfrentan las juventudes de América Latina y el Caribe, que han sido vulneradas por el hecho de autoadscribirse como indígenas, campesinas, afrodescendientes y mestizas, identidades culturales que resisten a la globalización y evidencian los privilegios de la supremacía blanca que homogeniza su agenda de derechos.


Las pedagogías feministas incentivan a los sujetos a la organización y movilización, para mirarse a sí mismos con ciudadanía; es decir, llevan la educación de un abordaje de reproducción de violencias que se colocan como temas íntimos e irreversibles hacia una vía transformadora para generar capacidad crítica, por medio de la promoción de los derechos humanos como información catalizadora en la liberación de dispositivos de control y sometimiento, que impiden el desarrollo y realización personal de los sujetos.

Las pedagogías críticas y feministas en el fortalecimiento de las ciudadanías juveniles de América Latina y el Caribe

Los cuerpos se mueven, de un lado a otro, orilleros, periféricos, escondidos, invisibles, cuerpos habitados por la desgracia de un color otro, de una lengua otra, de un mundo otro.

Gloria Anzaldua

Ciudadanías juveniles

Implicaciones del adultocentrismo en la participación juvenil

De acuerdo a la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (Enadid) 2018, en el país existen 30.7 millones de jóvenes (15 a 29 años) y representan 24.6 % del total de habitantes (INEGI, 2020). Las personas jóvenes son plurales, diversas, tienen identidades y realidades distintas. La situación de las juventudes guarda relación con su clase, género, etnia, sexualidad, lugar de residencia urbano-rural, región, migración, generación, nacionalidad, moda, gustos, aspectos que se entretejen con los de distintos entramados culturales.

Desde la perspectiva sociológica, las juventudes no son personalidades estáticas; se hallan inscritas en contextos de interacción y relaciones de poder con instituciones, normas, grupos sociales.

Por ejemplo, la interacción con los adultos suele mostrar relaciones de poder desiguales. La figura del adulto representa autoridad material y simbólica, y se impone sobre las juventudes inexpertas, dependientes materialmente, lo que da lugar al adultocentrismo.

El adultocentrismo consiste en tener privilegios por situarse en la etapa de vida adulta; hace referencia a la importancia social que prioriza a las personas adultas para ocupar roles y espacios de liderazgo; impone una jerarquía en donde las identidades de las infancias, adolescencias y juventudes son subordinadas e invisibilizadas al controlar sus participaciones, deslegitimar sus experiencias, omitir e invalidar sus voces y discriminarlas, cuestiones que se reflejan en la frase que escuchamos cotidianamente: “Los adultos mandan”, lo que decanta en una situación de subordinación para las y los jóvenes; no obstante, esa relación es susceptible de transformarse, cuando los sujetos jóvenes cambian la condición de subordinación por autonomía.

Sin embargo, oponerse a prácticas adultocentristas no significa rechazar las situaciones, ideas y experiencias de personas adultas, sino promover las relaciones intergeneracionales para destacar desde el diálogo, las voces, intereses y necesidades de los diversos grupos etarios que coexisten e interaccionan cotidianamente.

Desasosiego para el ejercicio de la ciudadanía juvenil

Hombres protestando con carteles
Fotomovimiento. (2020). Marcha por la dignidad [fotografía]. Tomada de https://flic.kr/p/2is3A2y

La incertidumbre, desigualdad social, falta de perspectivas de futuro personal y profesional son condiciones que marcan el ejercicio de la ciudadanía juvenil; su comprensión hay que ubicarla en el contexto actual de desasosiego e individualización, en el que llevan a cabo sus trayectorias vitales: pobreza, atropello de derechos humanos, nulo interés por los asuntos de la vida pública. Lo explicamos:

Las juventudes viven bajo tutela como objeto específico de intervenciones sociales, que resultan ser autoritarias al colocar inmediatamente una perspectiva preventiva y punitiva (Núñez, 1999); por ejemplo, son perseguidas por prejuicios que se dirigen a sus corporeidades y expresiones (formas de hablar-actuar, estilos de vida y preferencias), e incrementan en aquéllas que provienen de sectores populares, urbano-rurales, pues se les vincula con las violencias, delincuencia, adicciones e irresponsabilidad en el ejercicio de su sexualidad.

Con esta visión estigmatizante, se les culpabiliza de la peligrosidad que les acecha y de las condiciones de desigualdad que viven. José Valenzuela (1998) expresa que las juventudes de América Latina son expuestas a entornos permeados de violencias, que provocan su muerte simbólica y real, es decir, el juvenicidio, que en palabras de Muñoz (2015) “inicia con la precarización de la vida de las y los jóvenes, la ampliación de su vulnerabilidad económica y social, el aumento de su indefensión ciudadana y la disminución de opciones disponibles para que puedan desarrollar proyectos viables de vida” (p. 12).

Los derechos de las juventudes en contextos precarizados son limitados e incluso negados, pues sus vidas se criminalizan al ser tomadas como desechables, sustituibles e indiferentes para la sociedad.

Mujeres jóvenes con pancartas en una manifestación
Mike_ramirez_mx. (2022). Día Internacional de la Mujer [fotografía]. Tomada de https://pixabay.com/es/photos/d%c3%ada-internacional-de-la-mujer-7058320/

Para el caso mexicano, el panorama es desalentador. Las juventudes de entre 15 y 29 años tienen carencias en educación, salud, vivienda y alimentación, y sus ingresos no les alcanzan para satisfacer sus necesidades básicas; cuatro de cada 10 jóvenes son pobres; 23.2 % de los millennials mexicanos trabaja y, aun así, no tiene ingresos suficientes para cubrir necesidades básicas (Imjuve, 2020).

Las principales carencias que enfrenta la población juvenil pobre, tienen que ver con la satisfacción de los llamados derechos sociales, los cuales engloban al conjunto de satisfactores o insumos mínimos para que una persona pueda vivir su vida sin tener que preocuparse por su supervivencia inmediata, y se adscriben a una gama más amplia de derechos humanos conocidos como los DESCA (Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales).

Sin embargo, cuando decimos que una persona no cuenta con el acceso a derechos sociales, queremos decir que hay necesidades fundamentales de la subsistencia que no están satisfechas, alimentación, vivienda, educación. Lo que muestra, en un Estado de derecho como el mexicano, su incapacidad para lograr que los jóvenes ciudadanos, en su conjunto, tengan las condiciones de acceso y ejercicio a los derechos humanos, pilar central de la democracia.

Sabemos que una de las grandes limitaciones de la democracia en México es la frágil participación política de la ciudadanía en los asuntos de interés público y político. Las juventudes no son ajenas; por décadas han llevado consigo la indiferencia, la apatía política, el hartazgo de las falsas promesas; sin embargo, pensamos que una de las estrategias más importantes es propiciar procesos formativos y educativos, en los que las pedagogías críticas, feministas, ofrecen recursos políticos que posibilitan el ejercicio de la ciudadanía, en la que se observen “con el derecho a tener derechos”.

Agencia y juventudes

La agencia como capacidad de transformación, de movimiento, resistencia y acción coloca a las y los jóvenes como sujetos capaces de transformar el sentido de sus vidas, lo que rompe con la visión de mirarlos como sujetos oprimidos que reproducen la cultura de la obediencia y el silencio en la estructura familiar o institucional.

Una de las formas en que las juventudes exigen ser consideradas como sujetos de derecho, se logra mediante el ejercicio de su reclamo a ser escuchadas (al grupo G8 reclaman, por ejemplo, ser escuchadas, que atiendan la crisis climática, los conflictos mundiales y las desigualdades generacionales desbocadas).

Ilustración de mujeres con pancartas en una protesta climática
Los derechos humanos son lo más importante que puedes tener. Puedes encontrarte en una situación en la que tus derechos estén amenazados, y saber cuáles son esos derechos puede impedirlo. Cuando tienes información sobre tus derechos puedes impedir los abusos o los malos tratos. Te da poder contra la gente que quiere socavarte. Por ejemplo, si mucha gente supiera que la educación es un derecho, se la reclamarían al gobierno. Te hace querer presionar para lograrlo. No es normal no recibir esa educación. Conocer tus derechos aumenta mucho tu poder. Puedes alzarte como activista y reclamar que no se maltrate a tu comunidad. Puedes mejorar vidas. (Amnistía Internacional, 2021)

Por su parte, la ciudadanía juvenil se expresa como un proceso de conquista de espacios de autonomía (personal y colectiva) e implicación participativa de las juventudes que dejan de ser meros sujetos pasivos de la actuación pública para convertirse en sujetos protagonistas de políticas activas que promueven el ejercicio de su ciudadanía.

La participación constituye un elemento central para el fomento y desarrollo de la autonomía juvenil, en tanto empodera a las juventudes proporcionándoles visibilidad social y refuerza su capacidad de protagonismo cívico en los procesos de cambio social (Morán y Benedicto, 2008).

Jóvenes en la participación política

Actividad 1. Construyendo ciudadanías juveniles libres y participativas

Cuando las juventudes se organizan e intercambian perspectivas y expectativas, es posible generar transformaciones estructurales para la garantía de sus derechos humanos.

Por ello, te pedimos que identifiques las definiciones de las prácticas y fenómenos sociales que tienden a restringir o fortalecer el ejercicio pleno de las ciudadanías juveniles.

Actividad 2. Praxis pedagógicas críticas y feministas para el acceso y ejercicio de los derechos de las juventudes

Conforme a las posturas de las pedagogías críticas y feministas, selecciona si las afirmaciones presentadas corresponden a fundamentos verídicos o falsos.


Autoevaluación

Destacar los aportes de las pedagogías críticas y feministas, a partir de su consideración en los procesos de formación juveniles, para la construcción y ejercicio de la ciudadanía.

Fuentes de información

Básicas

Bibliografía

  • Duarte, K. (2006). Género, generaciones y derechos: nuevos enfoques de trabajo con jóvenes. Una caja de herramientas. Family Care International, FCI/Fondo de Población de las Naciones Unidas/UNFPA.
  • Freire, P. (1976). La educación como práctica de la libertad (17.ª ed.). Siglo XXI.
  • Gentili, P. (2014). Pedagogía de la esperanza y escuela pública en una era del desencanto. Clacso.
  • Hooks, b. (2021). Enseñando a transgredir. La educación como práctica de la libertad. Capitán Swing Libros.
  • Maceira, L. (2008). El sueño y la práctica de sí. Pedagogía feminista: una propuesta (tesis de maestría). El Colegio de México.
  • Martínez, I. (2016). Construcción de una pedagogía feminista para una ciudadanía transformadora y contrahegemónica. Foro de Educación, 14(20), 129-151.
  • McLaren P. (2005). La vida en las escuelas. Una introducción crítica en los fundamentos de la educación. Siglo XXI.
  • Morán, M. L. y Benedicto, J. (2008). Los jóvenes como actores sociales y políticos en la sociedad global. Pensamiento Iberoamericano, 3, 139-16.
  • Reguillo, R. (2003). Ciudadanías juveniles en América Latina. Última Década, 19, 1-20. Centro de Estudios Sociales Valparaíso, Chile.
  • Sánchez, A. (2002). Ciudadanía plena de las mujeres. Un proceso en construcción. Itinerarios Cuaderno de Investigación, 1, Fes Acatlán-UNAM.
  • Valenzuela, J. (1998). Identidades juveniles. En AA. VV. Viviendo a toda. Jóvenes, territorios culturales y nuevas sensibilidades. Universidad Central-DIUC.
  • Vázquez, P. (2012). Guía para el debate. ¿Qué es la perspectiva de juventud? Espolea.
  • Walsh, C. (2013). Pedagogías decoloniales. Prácticas insurgentes de resistir, (re)existir y (re)vivir (tomo I). Serie Pensamiento Decolonial. Abya Yala.

Documentos electrónicos

  • Castrillón, S. (2018). Alfabetización, ciudadanía y toma de conciencia. https://repository.icesi.edu.co/biblioteca_digital/bitstream/10906/1035/1/5_SILVIA.pdf

Complementarias

Bibliografía

  • Barbieri, T. (1991). Acerca de los ámbitos de acción de mujeres. I Coloquio del PUEG.
  • Krauskopf, D. (2003). Participación social y desarrollo en la adolescencia. Fondo de Población de las Naciones Unidas.
  • Muñoz, G. (2015). Juvenicidio en Colombia: Crímenes de Estado y prácticas socialmente aceptables. En Juvenicidio: Ayotzinapa y las vidas precarias en América Latina. Ned Ediciones/El Colegio de la Frontera Norte-ITESO.
  • Núñez, V. (1999). Pedagogía social: Cartas para navegar en el nuevo milenio. Santillana.

Documentos electrónicos

  • Amnistía Internacional. (2021). Tres jóvenes muchachas activistas revelan cómo reclaman sus derechos. https://www.amnesty.org/es/latest/impact/2021/10/three-young-female-activists-reveal-how-theyre-claiming-their-rights/
  • Imjuve. (2020, 01 de septiembre). Las personas jóvenes en México representan casi un tercio de la población total. Conapo e Imjuve. https://www.gob.mx/imjuve/articulos/las-personas-jovenes-en-mexico-representan-casi-un-tercio-de-la-poblacion-total-conapo-e-imjuve?idiom=es
  • Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). (2020, 10 de agosto). Estadísticas a propósito del Día Internacional de la Juventud (12 de agosto). [Datos Nacionales. Comunicado de prensa, 393/20.] https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/aproposito/2020/Juventud2 020_Nal.pdf
  • Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). (2020). Censo de población y vivienda 2020. https://censo2020.mx/resultados-por-tema-de-interes.html

Cómo citar

Sánchez, A. R. y Calderón, I. (2022). Pedagogías críticas y feministas: alternativas para la construcción y ejercicio de ciudadanías juveniles. Unidades de Apoyo para el Aprendizaje. CUAIEED/FES Acatlán-UNAM. (Vínculo)