Éticas Deontológicas. Fundamentos del Deber y Normas Morales

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Introducción


Pensar en doctrinas éticas implica concebir a la moral en sus diferentes manifestaciones concretas; al igual que la ética, entendida en su reflexión teórica como algo más que ideas sin arraigo (que no dejan huella ni trascienden y que tan pronto aparecen, desaparecen sustituidas por un nuevo pensamiento que contesta las inquietudes que la teoría previa simplemente eludía o dejaba sin contestar), moral y ética fueron abandonadas debido a su incapacidad de seguir explicando y satisfaciendo las curiosidades más exigentes de quienes las formulaban.

Hablar de doctrina implica que una manera de pensar se enseña y difunde; tiene adeptos y seguidores serios y fanáticos e, incluso, puede heredarse en calidad de patrimonio a otras generaciones. Asimismo, define una manera de vivir, un estilo de vida que confiere su identidad al hombre u hombres que dicen suscribirla y practicarla. Es como si se tratara de asumir una serie de principios y conceptos que explican el mundo de tal manera que convencen a más de uno con la fuerza de sus argumentos, con la elocuencia de su lenguaje y hasta con las promesas futuras de conseguir una recompensa venidera del tipo que sea, en virtud de ser fiel súbdito de semejantes ideas.




Identificar las éticas deontológicas, los fundamentos del deber y las normas morales derivadas de las doctrinas que se han desarrollado, para su consideración en la vida cotidiana y el contexto laboral.

Éticas deontológicas


Cuando nos damos cuenta de qué están hechas las cosas y cómo es el mundo, o debería ser, penetramos en el terreno de la ética, el cual abarca lo que consideramos correcto, por qué pensamos que es así y por qué debemos actuar de una manera y no de otra.



El término ética se deriva del vocablo griego ethos,que significa costumbre, por lo que con frecuencia se define como la doctrina de las costumbres, sentido al cual Aristóteles le agregó los elementos de desembocar en la práctica y estar encaminada a la consecución de un fin. Por otro lado, la moral, como término, procede del latín mos, que significa costumbre (al igual que ética), razón por la cual es muy común confundir y usar indistintamente los términos moral y ética para hablar de lo mismo, aunque no signifiquen lo mismo..

La moral es un producto de hábitos y costumbres que, de tanto repetirse, se convierten en una norma; ello nos ayuda a definir qué somos (nuestra identidad como tal), pues en cierto sentido es lo que hace que nos caracterice, también nos otorga una forma de ser, reconocida y distinguida, de otros: tú eres mexicano porque comes chile; eres parrandero, enamoradizo y jugador. Esta situación, tarde o temprano, nos conduce a estereotipos culturales, pues no todos los mexicanos somos así y hay extranjeros que cumplen con esa descripción.

Así pues, la moral sólo es el retrato de una sociedad, una instantánea fotográfica que congela el tiempo y desconoce los cambios que en la realidad experimentan los hombres. El uso adecuado de ese concepto implica restringirlo a una circunstancia histórica y social, así como a fijar sus coordenadas en el tiempo y el espacio, pues de lo contrario deja de ser una fotografía fiel de la realidad que representa.





Relación entre la ética y moral

Ética y moral



¿Pero qué pasa al asumir que nada permanece sin cambios, ni siquiera uno mismo? De este modo, entonces, el término ética cobra relevancia, en virtud de que ésta se concibe como una reflexión no sólo de lo que somos o cómo lo somos, sino de por qué somos así y por qué creemos unas cosas y otras no. De tal manera, el pensamiento ético revisa nuestras creencias y puede hacernos retractar de ellas o confirmarlas; tiene la misión sumamente importante de ampliar nuestra manera de concebir el mundo, de mirar más y mejor las cosas, y de descubrir en el otro, a pesar de su etnia y credo, alguien semejante a sí mismo. Por todas estas razones también se le suele llamar filosofía moral.



Características de la ética y moral

Diferencias entre ética y moral



En resumen, la ética cambia nuestra manera llana de ver el mundo, en lugar de prohibir y rechazar lo extraño y pensado en el pasado como anormal; busca encontrarle explicaciones, busca razones para entenderlo; no se excluye “porque sí” lo diferente sin un motivo para hacerlo. Asimismo, la ética se piensa o denomina de modo más riguroso como ética filosófica, con el solo propósito de destacar su filiación y pertenencia a la filosofía (como reflexión fundamental del mundo), para incidir tarde o temprano sobre nuestra vida concreta, sobre las dimensiones y expresiones de nuestra conducta, como lo vimos en el tema anterior.

¿Son lo mismo ética y moral?


Aunque ambos términos se usan indistintamente, no son sinónimos.


Ésta retrata los hábitos y costumbres de los pueblos, aquellas conductas que de tanto repetirse se aceptan automáticamente como parte de uno, nadie pone en tela de juicio salir o no salir desnudo a la calle, ni dejar de asearse todos los días, mucho menos, convertir los espacios públicos en espacios privados. Escandaliza pensar siquiera en el hecho de comer aislado de los demás, como si se tuviera vergüenza de que lo vieran comer; del mismo modo no parece sensato ni bañarse ni evacuar a la vista de todos, como si eso no implicara exhibicionismo. Estas situaciones planteadas se piensan morales sólo en la medida en que enfrentan lo habitual (que suele tildarse de correcto), ya que, como lo hacen todos, es lo aceptado.



Ésta no tiene que ver con lo que se considera bueno o malo en una sociedad específica. Sus alcances son mayores, le atañe el “por qué algo se interpreta como bueno por unos y malo por otros”, el “qué le otorga su naturaleza de correcto” y explica “cómo eso se eleva a precepto cultural que debe cumplirse para ser aceptado por los que son como yo”. Asimismo, la ética es la encargada de cuestionar el porqué de cada moral concreta, si debe seguir o ser cambiada para ajustarse al tipo de problemas que encara el hombre actual, pues ya no resulta razonable rechazar a alguien sólo porque no es como yo o por ser y pensar distinto a mí. Es necesario revisar lo que creemos para fundar, sobre bases más acordes con los tiempos que vivimos, cualquier cosa que hagamos, sin abstenernos de algo que queremos sólo porque está mal para unos cuantos, con razones o sin ellas, de manera que no sólo toleremos lo diferente, sino que comprendamos que, para algunos, tiene tanto valor como para nosotros nuestra identidad cultural: ser estadounidense es tan relevante para quien lo es como para un mexicano ser mexicano, por más que unos y otros se discriminen mutuamente.





Ilustración de un ángel y un demonio

Correcto e incorrecto



Relación entre moral y ética

Moral y ética



Por supuesto, una cosa es la ética y otra los derechos humanos, pues para algunos es ético discriminar al diferente y excluir al menos apto, o al que no llena el perfil deseado, aunque como persona sea muy competente en otras áreas; mientras que los derechos humanos o garantías individuales de cada quien, que son inalienables y se poseen desde el nacimiento (como la libertad, la igualdad, la autodeterminación y la no discriminación entre etnias), pueden ser cuestionados por los que defienden posturas éticas, donde sus juicios de valor y creencias son gobernados por fundamentalismos religiosos o por la supremacía blanca, a pesar de que sí haya quienes tornen su reflexión ética en una lucha sin tregua por cambiar al mundo y por reconocerle los derechos a quienes se les ha privado de ellos; de cualquier manera, la ética puede asumir ambas manifestaciones: una afín a los derechos humanos y otra que los proscribe y condiciona.



Balanza entre tradición y reflexión

Tradición y reflexión

Estoicismo


El estoicismo era algo más que un conjunto de doctrinas filosóficas, incluía también un modo de vida y una concepción del mundo. Sus principios van más allá de sus orígenes grecolatinos y se ha vuelto un legado vivo para el pensamiento de Occidente hasta nuestros días, principalmente su versión más conocida y difundida: la propuesta ética fundada en la eudemonía, que no consiste en una búsqueda del placer por el placer, sino en el ejercicio constante de la virtud, en la propia autosuficiencia que permite al hombre liberarse de los bienes externos, sobre todo del control que ejercen sobre nosotros en calidad de apegos.



Características del estoicismo

Estoicismo



Mujer pensando

Pensando



Para éste, su primer imperativo ético consiste en vivir conforme a la naturaleza, esto equivale a seguir el dictado de la razón en nuestras vidas, pues lo que se juzga razonable ha de ser lo más común y natural. Dicho así, ser feliz reside en la aceptación del destino, en el combate contra las fuerzas de la pasión que nos producen intranquilidad y angustia, pero no se quiere decir con esto que se debe vivir a la vera de Dios (“a ver cómo me va”), pues para aquéllos el destino es justo y pone todo en su lugar dando a cada quien lo que le corresponde por derecho. Para el estoico, actuar de manera indebida o hacer el mal es lo contrario a vivir conforme a la razón. Implica sucumbir al vicio y a la pasión, destruyendo y perturbando su paz, el equilibrio, la moderación y el control, la templanza y la prudencia como expresión del verdadero hombre.

Al estoico le incumbe una búsqueda de la felicidad de manera sabia y diligente, sin mayores afanes ni desvelos, sino como fruto de una actitud continuada, de una vida dedicada a saber qué está en nuestras manos y qué no, a cambiar sólo lo que podamos cambiar cada uno para ser mejores cada día, a no luchar en vano por imposibles que nos rebasan, a resistir nuestras pasiones y a vencer nuestras debilidades para no dejarnos vencer por ellas, no como un acto de aislamiento de lo que nos puede hacer daño, sino como un aprender a resistir y superar conflictos sin caer en ellos.

Implica una postura de salvación en tiempos de crisis, donde sólo la prudencia y el no perder el control es lo que cuenta, lo cual claramente encarna en los escenarios laborales, debido a que son espacios de intranquilidad permanente, donde más de uno se torna incapaz de adaptarse; ello vendría a ser el equivalente de la resignación al destino del estoicismo original, pues adaptarse quiere decir hallar la felicidad en la aceptación de la realidad de una empresa; de qué puedo esperar y qué está a mi alcance sin pretender lo que sólo me frustraría de no conseguir (como el puesto soñado).

Quizá eso desemboca en la figura del empleado feliz, que hace lo que hace; sólo que, ¿cuántos hacen en realidad lo que les gusta o no les queda más remedio que hacer lo que hacen, ya sea porque sólo eso saben hacer o porque, exclusivamente, para eso los contratan? Está claro que una actitud por estoica que sea no renuncia a perseguir la propia superación, en tanto se dé la coyuntura y no provocándola artificialmente, como con un acto de protesta o rebeldía ante un jefe, trátese de un complot, de un paro laboral o de una guerra de guerrillas contra el liderazgo constituido legítimamente o no dentro de una organización.



Hombre frente a una computadora

Empleado



Elección de camino entre bien y mal

Bien y mal



Proceso del estoicismo

Características del estoicismo



Si bien es encomiable actuar estoicamente, para muchos eso solamente resulta ser una ilusión, pues quien crea que aboliendo todo tipo de reacción a la que somos susceptibles por el mero dictado de la voluntad y de la razón, alcanza la vida serena y feliz, se engaña al fingir que esa felicidad puede compararse a la vida en una jaula de cristal, aislado del mundo, sin reconocer apego alguno con nada. Por ello, el único valor que hoy en día podemos darle en nuestras vidas a los principios estoicos es un temple o capacidad para sortear la adversidad, lo cual es del todo opuesto a su formulación original, que más bien clamaba en favor de un acto de evasión y no por demostrar valor o fuerza para vivir, sino por suprimir los efectos de sufrimiento que forman parte de la vida misma, al cancelar nuestras pasiones, al grado de arrancarle el sentido a la vida sólo por preservarla intacta sin mella alguna.

Hedonismo


Hedonismo proviene de la palabra griega hedoné, que suele ser traducida como por placer (la mayoría de las veces entendido como placer corporal, de los sentidos). Por esto, se creía que se sentía placer cuando se estaba lleno de sensaciones deseadas; el estado contrario sería un vacío que desencadenaba el deseo de aquello de lo que se carecía, lo cual generaría placer al momento de cumplirse.



Mujer con bolsas de compras

Hedonismo



En esos términos, se ha llamado hedonismo a la tendencia consistente en considerar que el placer es un bien, algo bueno, quizá el mayor de los bienes o, sin más, se ha identificado placer con bien o bienestar, una suerte de armonía entre las diferentes dimensiones de la vida de cada uno.

Características del hedonismo

Hedonismo



Sólo que los problemas comienzan y se agudizan cuando se discute si es placer por mero placer, o placer por algo que tenga sentido. Algunos consideran que la falta de placer no puede ser llamada sino dolor, por lo que al hombre no le queda otro camino que buscar el placer y evitar el dolor, si es que añora ser feliz; pero el llorar por algo que se quería y perdió entraña dolor y parece absurdo sólo por no vivirlo, incluso nos tornaría por inhumanos. Lo que queda para el hombre actual es buscar placer y así satisfacer sus deseos, pero no placer porque sí, sino placer que evite un dolor posterior, como el procurar por la propia salud.

Pero muchas veces, como sucede en el mundo laboral, es el caso que el placer de uno se vuelve el dolor del otro. Por ejemplo, el que es contratado en lugar de aquél al que se despide, pues, viéndolo bien, en verdad no se desea placer, sino el objeto que lo proporciona. Todos quieren ser gerentes por los privilegios que implica y no tanto por el hecho de cumplir funciones así.


Relación entre dolor y placer

Dolor y place


Cuando alguien vive su vida llena de emociones con desenfreno, se dice que es hedonista, pero ¿en verdad consiste en eso el hedonismo? Originalmente éste fue entendido como una búsqueda del placer por el placer, aunque no queda del todo claro a qué se refiere, toda vez que se piensa en que ciertos placeres desembocan, a corto o largo plazo, en dolor o en hasta daño irreversible (piense un momento en fumar como un ejemplo muy ilustrativo en este caso).



Para algunos, el placer en tiempos antiguos consistía en allegarse a la sabiduría práctica que los hiciera visualizar dolores escondidos atrás de ciertos placeres tentadores para evitarlos; es decir, saber cómo decir no a lo que quiero cuando no sé las consecuencias negativas que puede traer contra uno mismo con el tiempo. Sin embargo, para el hombre de hoy llamarse hedonista implica llenarse de satisfactores materiales, tener todo lo que el dinero pueda comprar, gozar sin límites ni prohibiciones, sin pensar ni hacerse responsable de las consecuencias desagradables que sus actos pudieran tener sobre otros o, incluso, sobre sí mismo.



Autarquismo


Concebido como expresión del que se gobierna a sí mismo, instaura por ese sólo hecho una dimensión ética donde lo bueno o lo malo no se determinan de manera externa a la voluntad, que en este caso tiene la voz cantante, pues al ser uno mismo la regla de conducta y la medida de toda valoración, todo queda subordinado a la reflexión personal de cada quien sobre sí mismo, en virtud de que el control no se establece sobre otros sino en cada caso exclusivamente, sobre uno y el mismo, el yo en la lista de espera y el que está en turno.



Hombre con una lupa

Autarquismo




Características del autarquismo

Autarquismo



Es muy fácil perder la noción sobre lo bueno y lo malo, pues si bien es útil seguir el consejo de mirarse al espejo para ver qué place y qué no de uno mismo, la falta de comparaciones, de la voz del otro y sus puntos de vista, parecen imprescindibles para guardar debido control de la conducta personal.





Relación del ser humano con otros

El ser



Por ejemplo, cuántas veces hemos salido a la calle con el pantalón roto y, por ser inconscientes de algo así, interpretamos las burlas de quien nos ve como agresiones, hasta que el espejo del otro nos revela lo que el propio no pudo por carecer de la perspectiva adecuada. Claramente así se advierte que, aunque cada quien pueda determinar lo correcto en su vida, quedan cosas invisibles al implacable dictado del “sólo a mí hago caso”, las cuales pueden significar estar bien a los ojos de uno y mal ante los de los demás, que únicamente cuando se es ermitaño parece no importar; sin embargo, inmerso en el mundo donde se es uno, la voluntad propia gobierna sólo hasta donde no gobierna el uno mismo apropiadamente, al desconocerlo como ser entre otros, que es una de sus propiedades definitorias.



Hombre en relación con otros

Sociedad



Es razonable, en la medida que impone control y orden a las acciones que emprendamos, pero ¿qué pasa cuando no somos capaces de reprimir un arrebato de ira, aun cuando en nuestros cinco sentidos sabemos que actuar así está mal y que lo condenaríamos en cualquiera que lo hiciera? Si se trata de uno mismo, con todo y estar cegado por una pasión, puede todavía ser admisible que somos capaces en tal situación de moderarnos antes de detener un acto indebido.

Quien en verdad, por arrogante que sea, pudiera jactarse de decir “me estaba sacando de quicio con sus comentarios, pero razoné al respecto sobre las consecuencias de enojarme y decidí no hacerlo”, probablemente sea el único. Es fácil desmentir tal prepotencia debido a que rara vez uno mide el costo que una acción puede tener, simplemente la hace y ya, después verá que debe arreglar o, aún más desagradable, experimentará el miedo a una repercusión o a represalias; es entonces que se prefiere no hacer nada para no lamentarlo después.


Es muy difícil aceptar que uno mismo mida su conducta y la modere, siempre de manera apropiada, pues muchas veces cometemos faltas de las que no nos damos cuenta o somos malentendidos sin saberlo; ello hace necesario un espejo para vernos como nos ven los demás, así como hacen falta otras conciencias que me hagan percatarme del alcance real y efectos de mis acciones para saber cuándo detenerlos o estimularlos.



Características de la relación del yo con otros

Medición de la conducta



Grupo de personas apoyándose

Solidaridad



Todo eso no se puede lograr de manera solitaria, se requiere necesariamente el concurso de alguien más, al menos en primera instancia, y de la reflexión personal como factor de decisión, sólo cuando se ha hecho el oportuno balance de “si hago esto o no lo hago”, pensando siempre en las consecuencias que alguien más, en el mismo caso, tuvo y pudo evitar.

Pero qué gran lección es a veces, y sólo a veces, escarmentar en cabeza ajena, como cuando se percibe el malestar tan grande que acarrea el beber en exceso al ver a las personas convertidas en indigentes, o viejos conocidos, que prometían grandes cosas y que lo tenían todo para ser felices.

A veces sólo tocando fondo se entiende tal enseñanza, por lo que los demás son una fuente de aprendizaje enorme que, cada vez que uno se queda sin respuestas ante ciertos problemas o crisis, necesitamos del otro, aunque no lo aceptemos encubiertos en el patético papel de “yo puedo solo”.

¿El bien es algo real o sólo una ilusión? ¿Es subjetivo o existe objetivamente? ¿Cambia con el tiempo y según el contexto personal y social (o cultural)? Respecto a este tema, muchos admiten ambas posibilidades.


El bien era algo apetecible, algo que cada uno quería; sin embargo, ¿acaso algo a lo que se aspira no debería alcanzarse por no existir, por ser un ideal que nos mueve, pero al que nunca se llega?

De algún modo es necesario que lo que se quiera sea real, pues en principio se quiere porque está en alguna parte o hay modo de conseguirlo.



Representante de las denominadas morales formales, el reducir el bien a un objeto particular o concreto convierte a la moral en algo relativo y dependiente, pues se multiplican las morales posibles con los bienes que son asequibles en cada una y parece a su juicio que no hay, ni en el mundo ni fuera de éste, algo que se piense bueno a no ser la buena voluntad, totalmente abstracta y general. Los buenos deseos sólo son buenos en cuanto se les califica con un adjetivo así, pero en los hechos no hay tales, pues la buena voluntad no depende de ninguna situación determinada a diferencia de los bienes concretos que son expresión de bondad, sólo en ciertos casos, como cuando el saber se dice bueno si es usado para nobles fines en beneficio de otros.

Ideas del bien de Aristóteles y Kant

El bien



Íconos de positivo y negativo

Decisiones



Sin pensarlo demasiado, decir “esto es bueno” define casi por completo lo que no es bueno, por lo que entonces debería ser llamado malo, a menos que se den excepciones de grados: ser no tan bueno, pero no malo, o no tan malo como cuando se dice que detrás de tanta maldad queda un resto de bondad en el fondo, o también como cuando lo bueno y lo malo se mezclan. Por ejemplo, el que un padre parezca amoroso no implica necesariamente que no atentaría contra la vida de sus hijos, así como un padre dominante y golpeador no implica que se le condene de manera automática de ser culpable, aunque sí sospechoso de la muerte de sus hijos.

"Lo bueno y lo malo"


El término obligación suele ser usado con frecuencia, desde un punto de vista ético, como sinónimo de deber. Tiene que ver principalmente con el deber que ha de cumplirse a toda costa: lo que debe ser es lo que no puede ser de otra manera.



Relación de obligación, deber y mandato

Relación de obligación, deber y mandato



Mazo de juez

ProSmile. (2017). Deber [Ilustración]. Tomada de https://pixabay.com/photo-2579298/



Desde la antigüedad, e incluso en la Edad Media, la reflexión sobre el deber ha sido casi siempre la reflexión sobre los deberes; no sobre qué es el deber sino establecer aquellas cosas que son debidas; en este sentido, para algunos el deber se deduce del bien supremo.


En el caso de los estoicos, el deber consiste en vivir conforme a la naturaleza, siguiendo el dictado de la razón.



Para Kant, el deber es la forma de la obligación moral, es decir, cuando una acción se lleva a cabo por respeto al deber (por un imperativo supremo de conducta) y no sólo porque debe cumplirse una norma, “porque la ley es ley”, más que por el mero hecho de acatarla u obedecerla.



De esta manera, el deber se identifica con “lo más alto”, con el bien supremo, a diferencia de los partidarios de morales más prácticas y concretas, en las cuales el deber es expresión de un mandato ejercido sobre la conciencia por ciertos principios rectores, en forma de orden o prohibición, aunque puede alentarse el cumplimiento o el realizar obligadamente lo que se juzga valioso en verdad.




Relación de obligación y negación

Pensar que existe algo como “debo hacerlo”, implica voluntades reprimidas que son forzadas a lo que no quieren o lo que no se escoge, limitándose a estar en desacuerdo con lo que se hace. Pero tal desacuerdo se produce sólo si uno no actúa libremente, cuando algo o alguien te incita a hacer cierta cosa, aun cuando terminarías haciéndola porque lo quieres, si tuvieras la oportunidad de analizarlo.



Relación de obligación y orden social

Ser obligado, sentirse forzado a hacer lo que alguien más quiere que hagas, lleva a la negación de la voluntad, a decir no puedo hacer lo que quiero y a resistirse sin éxito bajo amenazas, tal es el lado oscuro de la obligación; pero también admite un lado luminoso y favorable. Considérese un niño pequeño que tiene que ser castigado para que deje de maltratar físicamente a su hermana. Él objeta que le pega porque no la quiere y le cae mal, razones que, en un descuido, pudieran llevarlo a dañarla severamente si no se le impide, por más que diga que ella se porta muy mal con él. Resulta necesario obligarlo, pues todavía no es consciente del todo de los desagradables desenlaces que surgirían de aceptar sus endebles razones.



Mujer estudiando leyes

Obligaciones



En casos así, la obligación contiene y detiene actos cuyas consecuencias no se habían considerado apropiadamente. Es una especie de obligatoriedad que vela como un mecanismo de seguridad contra nuestros excesos no controlados; además, puede instaurarse como una regla o imperativo si de ello dependiera la suerte de todos o de alguien más. Basta decir que en un futuro incierto, donde el agua escasee, el que la derroche debe ser duramente sancionado, pues el rehusar el acto de cuidarla pondría en riesgo la sobrevivencia de muchos, por lo que parece irremediable no obligar a que se cumplan como garantía del orden social.

Aplicación en el contexto laboral


Personas en oficina

Contexto laboral


Algo parecido ocurre en el contexto laboral, por ejemplo: en el caso de evitar el caos en una empresa, porque cada quien actúa en beneficio suyo, soslayando los objetivos supremos de la organización y sabiéndose obligado con un compromiso que no se puede evadir del “debo hacerlo por el bien de todos”, podemos pensar en el bien común, cuestión ligada al problema de las sociedades humanas que pueden o deben proporcionar a sus miembros un bien o serie de bienes que aseguren su subsistencia, bienestar y felicidad.






Para Platón, el bien común trasciende los bienes particulares. La felicidad del Estado debe ser superior e independiente de la felicidad de los individuos; mientras tanto, para…



La sociedad organizada en un Estado tiene que proporcionar a cada uno de sus miembros lo necesario para su bienestar como ciudadanos. Aunque mis demandas personales busquen el enriquecimiento propio, debo anteponer la empresa a mí mismo, a mis deseos y a lo que quiero porque de ella dependo yo.



Manos encadenadas

Libertad



Escoger quiere decir ser libre, siempre y cuando nadie influya en mi decisión, pero ¿qué pasa cuando deciden por mí? Hay situaciones donde esto llega a ocurrir; mi libertad depende así de que pueda elegir lo que quiero, no importa si no lo puedo hacer por qué queriendo saborear un helado de chocolate he de conformarme con uno de vainilla, porque los del otro sabor ya se terminaron; empero, si hubiera alcanzado ese sabor, mi decisión podría haberse tomado como originalmente se quería; la falta de la opción deseada no cancela la libertad, sólo la limita.



Persona en un estrado

Decidir



Cuando se es menor de edad otros deciden por ti, tanto lo que quieres como lo que no quieres; de igual forma, un líder que representa la voluntad de un pueblo obra como cree correcto (aunque sus gobernados difieran de él muchas veces), debido a que ellos le otorgaron el poder de tomar sus decisiones al votar por él. Fatal engaño de creer que las decisiones pueden ser delegadas a otros, del mismo modo en que, al dejar comisionado a un empleado de confianza del gerente de una importante empresa, éste despide por pequeñas diferencias a un importante elemento de la firma, ocasionando el descontento general. Ello ocurre porque el poder de decidir no puede ser transferido por más que se crea en alguien: no eres tú, no son iguales, nadie asumirá tu responsabilidad, cada quien ve las cosas distintas (por más que estén de acuerdo en muchas cosas).



La libertad no es irrestricta, depende de que lo que realmente se quiere pueda llevarse a cabo. Puedo querer algo, pero si es de otro el acto de apropiármelo quitándoselo, es muy cuestionable y censurable; por el contrario, puedo querer algo imposible (como ser rey de México, sabiendo que en México ya no existe la monarquía), aunque sepa que no podré obtenerlo.

Así pues, la libertad está determinada por necesidades, por cosas que no pueden cambiarse, que deben acatarse a pesar de todo y por condiciones que hagan posible elegir algo. Para ser libre se necesita que haya condiciones que lo permitan: un gobierno que no sea dictador ni tirano, que esté apegado a las garantías individuales y que los ciudadanos tengan la nacionalidad correspondiente a su país para que puedan gozar de los derechos que su constitución les brinde.



Actividad 1. Moral vs. ética

Es importante conocer la diferencia entre la moral y la ética, ya que permite comprender el comportamiento del hombre en sus diferentes facetas y aspectos en la sociedad a la que pertenece.

Actividad 2. Doctrinas filosóficas

Toda acción del hombre es vista desde el punto de vista de la moral, a partir de las teorías éticas, donde se tiene una concepción del bien y del mal.

En este tema hemos revisado las teorías deontológicas, las cuales ofrecen un modelo ideal de moralidad, un ideal de la buena vida, de la vida acorde con los valores morales.

Autoevaluación. Repasando las doctrinas filosóficas

A lo largo de la historia se han planteado una diversidad de doctrinas éticas para comprender conceptos como deber, ética y moral. Identificarlas permite su aplicación en la vida cotidiana y específicamente el campo laboral.

Fuentes de información

Básicas

Bibliografía

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Documentos electrónicos

Del Pino, M. y Guzmán, J. (2017). Licenciatura en Informática. Ética en las organizaciones. Apunte electrónico [versión electrónica]. México: SUAyED-UNAM-FCA. Consultado el 11 de septiembre del 2017 de http://fcasua.contad.unam.mx/apuntes/interiores/docs/20172/informatica/2/2/LI_1850_07116_A_Etica_en_las_organizaciones.pdf



Complementarias

Bibliografía

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Cómo citar

Hernández, C. (2018). Éticas deontológicas. Fundamentos del deber y normas morales. Unidades de Apoyo para el Aprendizaje. CUAED/Facultad de Contaduría y Administración-UNAM. Consultado el (fecha) de (vínculo)